Carlos Goñi, (Madrid, 1961) no se cansa de grabar discos en directo, un formato con el que sufre y disfruta a partes iguales. El líder de Revólver estará en el Trui Teatre el 11 de octubre para demostrar que la música “jamás debería haber salido de los teatros”.

P ¿Con qué Revólver se encontrarán sus fans en Palma?

R Creo que con el mejor Revólver posible porque nunca he tenido una banda como esta. Después de un montón de conciertos, el público sale diciendo que, probablemente, es el mejor Revólver que hayan visto. Estoy disfrutando muchísimo. No hay un repertorio establecido, hay un montón de canciones y unos días suenan unas y otros días suenan otras. Es tremendamente dinámico.

P ¿Se reconoce más en el sonido eléctrico o en el acústico?

R Digamos que el eléctrico me lo acabo antes. Puedo hacer una gira de veinte conciertos eléctricos y con ellos ya tengo bastante, mientras que acústicos puedo hacer ochenta y sigo feliz. Tengo más rango de todo, más dinámica, pasan más cosas en el acústico, para mí. Si a eso le sumas que, bajo mi punto de vista, la música jamás debería haber salido de los teatros, porque suenan bien y puedes disfrutar de lo que está pasando en el escenario. Creo que me muevo mejor en un teatro, en las distancias cortas.

P ¿Prefiere la cercanía con el público?

R Claro, cuando miro a la izquierda y veo a alguien con un jersey del color que sea, y después miro a la derecha ,todavía me acuerdo del color del jersey del de la izquierda cosa que en un campo de fútbol es imposible. Siempre digo al ingeniero que encienda las luces para ver con quién me juego los cuartos. Está bien ver lo que tienes delante y tomar la dimensión.

P Ya suma cuatro discos acústicos grabados en directo.

R El concierto en el que se grabó el Básico IV era el cierre de gira del 25 aniversario del Básico en Madrid, pero preferí guardarme la sorpresa y decírselo al público justo cuando se encontró con ello y fue una gozada, fue muy emocionante y, como todos los discos en directo que hago, lo pasé fatal. Lo que pasa es que me fascina por el riesgo que te supone. En mi caso, yo no hago recording [volver a grabar pistas en el estudio]. Es complicado porque lo que tocas es lo que se graba y eso es lo que se edita. Tienes un montón de semanas preparatorias y luego te la estás jugando a una, pero me lo paso muy bien.

P ¿Seguirá haciendo discos en directo?

R Si por mí fuese, haría uno por cada gira. Es la única manera de comprobar cómo funciona el corazón de la banda o las canciones del último álbum o las nuevas versiones. En Estados Unidos o en Gran Bretaña los músicos que llevan muchísimos años tienen muchos discos en directo y aquí cada vez que lo hago me dicen “¿otro?”. No tiene nada que ver con el anterior, es completamente distinto.

P ¿A dónde le han llevado más de 30 años de carrera?

R A dejarme llevar exclusivamente por la intuición y por el corazón, pero por el mío. Durante toda mi vida nunca he hecho una sola canción, un solo arreglo que no sintiera que lo tuviera que hacer. Ninguna chorrada que tenga que ver con un asunto comercial, nunca he jugado a eso y con los años muchísimo menos. Musicalmente siempre he sido un ecléctico y tal como he ido aprendiendo se ha ido configurando mi música y me he podido permitir el lujo de hacer discos tan dispares como Argán o como Mestizo.