La secretaria autonómica de Política Lingüística Agustina Vilaret explicó ayer a este diario que el nivel B2 de catalán es el que se exige a los facultativos que trabajan para la Administración, es decir, a los especialistas en alguna materia. Así las cosas, el futuro director o directora del ICIB deberá tener el mismo nivel que se exige, por ejemplo, a un psicólogo, un educador social, un arquitecto o un veterinario que trabajan en el sector público.

El C1 está reservado para los graduados o administrativos.

En la página web del Govern, se recoge que el examinando del B2 tiene que ser capaz de comprender las ideas principales y secundarias de textos más o menos complejos sobre temas tanto concretos como abstractos, incluidas discusiones técnicas en el campo de la especialización profesional. Tiene que ser capaz de expresarse con un grado de fluidez y de espontaneidad que tiene que hacer posible la interacción habitual con hablantes nativos sin que comporte tensión para ninguno de los interlocutores. Tiene que ser capaz de producir textos claros y detallados en una amplia gama de temas, expresar un punto de vista sobre una cuestión y exponer las ventajas e inconvenientes de varias opciones.

Por otra parte, el examinando del C1 tiene que ser capaz de comprender una amplia gama de textos largos y complejos, y reconocer el sentido implícito. Tiene que poder expresarse con fluidez y espontaneidad sin tener que buscar de una manera muy evidente palabras o expresiones. Tiene que poder utilizar la lengua de manera flexible y eficaz para propósitos sociales, académicos y profesionales. Tiene que poder producir textos claros, bien estructurados y detallados sobre temas complejos, y tiene que demostrar un uso controlado de estructuras organizativas, de conectores y de mecanismos de cohesión.