La artista mozambiqueña Ângela Ferreira supo del periodista Carlos Cardoso cuando era estudiante en África del sur. Muchos años después, leyó un artículo en The Guardian que homenajeaba al redactor que fue asesinado tras destapar una trama de corrupción financiera que salpicaba a gente muy poderosa de Mozambique. Ese texto fue la chispa que encendió el proyecto que ahora la creadora presenta en la galería Pelaires y que se inaugura esta noche.

Ferreira investigó con profundidad los métodos de trabajo de Cardoso y dio con su famoso diario Mediafax. "Él hacía un periódico de noticias que enviaba por fax si te suscribías. Así no tenía que imprimir nada y burlaba la censura", explica la artista. En la sala, Ferreira ha desmontado una máquina de fax para mostrarle al espectador cómo funciona su mecanismo. El resultado son unas esculturas que ponen de manifiesto la transmisión de la información.

Otra de las piezas que impresiona es una gran fotografía de la calle donde fue asesinado Cardoso. "Fue frente a su casa de Macuto", cuenta la artista. Allí puede leerse la siguiente frase del periodista: "El oficio de la verdad no puede poner esposas a las palabras".

La exposición puede interpretarse como un llamamiento a la preocupante desaparición del periodismo de investigación, amenazado por la inmediatez y los poderes fácticos.

En la primera planta de Pelaires, Lucas Simoes presenta un conjunto de arquitecturas que reflexionan sobre la ocupación del territorio en una isla y sus limitaciones. Hay dibujos con cortes geométricos y una instalación con un conjunto de columnas de hormigón y sus respectivos cerramientos.