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Arte

Miguel Tugores, un coleccionista mallorquín en la España vaciada

Tras regentar la madrileña galería Dionís Bennàssar durante 27 años, en 2008 se instaló en Medinaceli para hacer realidad un sueño numantino: atraer turismo cultural con una colección privada

Miguel Tugores, en Medinaceli, frente a una viñeta de gran formato del mallorquín Pep Roig.

Miguel Tugores (Pollença, 1944) lleva toda una vida "jugando"y divirtiéndose con el arte, primero como galerista, labor que desempeñó en la madrileña galería Dionís Bennàssar durante 27 años, y desde 2008 al frente de la Fundación DeArte, desde el Palacio Ducal de Medinaceli, en Soria, apostando por el turismo cultural en una zona que lucha contra la despoblación. Una loable defensa que ejerce con una colección personal de 350 pinturas y esculturas de arte contemporáneo creadas por más de un centenar de artistas nacionales y extranjeros, desde Picasso a Guinovart pasando por Mompó.

"Cuando aposté por el turismo cultural hace once años solo se hablaba de la despoblación de Soria. Yo me apunté a la repoblación. El año pasado se acuñó el término 'la España vaciada', que me gusta más que la España vacía. He querido poner en el mapa una parte de Soria, una tierra que tiene un gran patrimonio histórico pero que está mal promocionada. Ni yo sabía de su existencia, más allá de los libros de bachiller, hace veinte años", confiesa.

Del estrés que puede provocar una ciudad como Madrid, con más de tres millones de habitantes, Tugores ha pasado a la tranquilidad que brinda la España interior, en un núcleo que no supera los 800 habitantes, Medinaceli, adonde llegó por prescripción médica: "Tuve que salir de Mallorca por una bronquitis asmática y cuando descubrí Medinaceli -a través de unos amigos mallorquines- mi vida dio un salto hacia adelante, al poder vivir a 1.200 metros de altura, sin contaminación, en un pueblo que tiene ecos de los pueblos de la Serra norte de Mallorca".

El flechazo de Medinaceli pronto removió el corazón de Tugores, quien decidió echar raíces en esta localidad soriana, sin olvidar el aprendizaje que le supuso su ejercicio como galerista en la capital de España. "En Madrid aprendí a ser más mallorquín. Entre 1979 y 1988 estuve perdiendo identidad, con una salud flaqueante. No me sentía ni mallorquín ni madrileño. Pero al abrir la galería me volví a sentir mallorquín, y eso me sostuvo. Yo juego y me divierto con lo que hago", subraya.

A pesar de los obstáculos que tenía en frente, Tugores pisó con firmeza y se propuso atraer turismo cultural a su nuevo hogar, el Palacio Ducal, edificio del Renacimiento, obra del arquitecto Juan Gómez de Mora -el mismo que ejecutó la plaza Mayor de Madrid-en el que instaló la Fundación DeArte, creada años atrás en Madrid con el fin de fomentar el arte y la cultura patria. "España no es un país de tradición cultural potente -reconoce-. Cuarenta años de oscuridad de la dictadura y otros tantos de democracia incipiente hacen que lo nuestro siempre sea en precario".

Fue el alcalde de Medinaceli quien le propuso, sabedor de su colección y de sus conocimientos en torno al mundo del arte, atraer eventos culturales y visitantes al municipio soriano. Una idea "descabellada", reconoce, pero un reto para alguien que se hace fuerte en los desafíos y que once años después saca pecho: "En todo este tiempo hemos hecho unas 150 exposiciones, 90 conciertos y acumulamos seis ediciones de festivales de ópera en un aforo que no llega a 200 personas. Hasta vienen excursiones desde Mallorca de gente interesada por saber qué hacemos".

A contracorriente, Tugores ha obrado el milagró. No solo ha conseguido que unas 15.000 personas recalen cada año en el Palacio Ducal; sino que en plena crisis se animó a levantar un sueño que muchos habrían tildado de pesadilla: recuperó parte del edificio del Palacio renacentista construyendo una cúpula acristalada y articuló una programación cultural variada y original que incluye desde concursos de canto hasta presentaciones literarias o subastas, con su colección privada como principal reclamo.

Un tesoro en el que conviven obras de Picasso, pinturas y esculturas de Joan March, Pep Roig, Guinovart, Grau Garriga, Blanca Orozco, Antònia Borràs, José Manuel Bouzas, Adelaida Murillo o Abel Cuerda, entre muchos otros. "Mi colección es humilde pero todos son grandes artistas profesionales. En España hay muy buenos creadores plásticos. Ya podría Balears poner en el mapa a los grandes autores que ha dado, tanto en la pintura y la literatura como también en la música. En Mallorca, el turismo cultural está bajo la gran manta del sol y playa", espeta.

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