Con las emociones a flor de piel, unas mil personas se reunieron ayer en la Fàbrica Ramis de Inca para asistir al concierto de Nada Surf. Diez años hacía que el grupo neoyorquino no actuaba en la isla, y la gente los esperaba con ganas.

Las primeras luces se apagaron unos quince minutos después de la hora prevista de inicio del concierto, y el público empezó a aplaudir y a gritar reclamando a los músicos, que no se hicieron de rogar. Con una sonrisa de oreja a oreja salieron al escenario Matthew Caws, Daniel Lorca, Ira Elliot y Loui Lino. Más aplausos y clamos. Había expectativas para este concierto -y entre algunos había dudas sobre cómo sonaría en el espacio- que abrió la canción Looking through, y ellos cumplieron -y el sonido también-. 80 windows, Inside of love, Blonde on blonde, See these bones, Popular, Always love (estas dos últimas coreadas hasta la afonía) y, entre canción y canción, agradecimientos de los músicos a un público entregado y nostálgico, pues ya han pasado más de 25 años desde que el grupo lanzara su primera maqueta, el tiempo suficiente como para que estos temas se hayan convertido en la banda sonora de la vida de muchas personas que ayer estaban entre el público.

Un concierto para el recuerdo que la familia alternativa no olvidará y que conecta con el que ofrecieron en su día otras bandas como The Posies o Luna.