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Entrevista

Alejandra Parejo: "Una familia debería ser un sitio al que poder volver siempre"

La autora presentará su primera novela el próximo 3 de octubre en el nuevo espacio de la librería Rata Corner

Alejandra Parejo (Mallorca, 1990), la semana pasada, en Palma. s. campins

P ¿Qué es una familia normal?

R Creo que lo normal no existe. Existe la norma, lo que está bien visto, lo que quizá la iglesia nos ha hecho creer que es correcto, lo que la sociedad nos exige, lo que nos enseñan en el colegio, las expectativas de otras generaciones que quieren limpiar sus errores con los que venimos de cero. Para mí, una familia debería ser un lugar cómodo y seguro, un hogar, sea con quien sea y de la manera que cada uno elija. Debería ser un sitio al que poder volver siempre, en el que poder ser tú mismo, en el que fluya la comunicación, permanezca el respeto y te sientas a salvo.

P "Muchas veces abro páginas en blanco en Word, suelto todo lo que siento, las cierro y les pongo nombres como 'mío', 'mío I' y un montón de títulos absurdos, como si así no tuvieran demasiada importancia". ¿Cuál fue el detonante para sacar a la luz todas estas palabras?

R Ha sido una cadena de cosas, pero el detonante fue conocer a Pablo Álvarez, mi agente literario, que leyó un par de líneas del primer capítulo y me dijo que creía en lo que hacía. Mucho antes de todo esto, no compartía lo que escribía por miedo, porque pensaba que no había nada relevante en los textos que escribía y solo me servían para desahogarme y no tenía la necesidad de compartirlos.

P La mujer independiente, una buena hija, mujer y profesional. ¿Qué significan estos conceptos para usted?

R Todos estos conceptos significan para mí miedo y todos esos miedos están plasmados en la novela. Siento que se espera la perfección y es algo frustrante. Se espera, también, que seamos capaces de llegar a todo y no solo que seamos capaces de llegar, tenemos que llegar de la forma más exitosa posible. Creo que todavía hay muchas cosas que hacer para que podamos conciliar sin pensar en la posibilidad de frenar nuestra carrera o de que supongamos un problema para la empresa en la que estamos, por ejemplo, y eso hace que tengamos que plantearnos en qué ámbito de nuestra vida queremos prosperar más.

P ¿Qué hay de usted en Olivia, la protagonista de la novela?

R Con Olivia tengo en común algunas cosas, igual que con el resto de personajes. En esta novela, en Oli en particular, están plasmados algunos de mis miedos y muchas de mis dudas, todas las preguntas que me he hecho durante años, todas las veces que me he cuestionado a mí misma. Quizá también está la culpa, la incertidumbre y el no saber si estoy cumpliendo con las expectativas de los demás, de esta sociedad desigual y de nuestra generación que está a medio camino de lo que realmente queremos que sea. En Oli he plasmado muchos sentimientos que he vivido de una manera o de otra, pero los he llevado a un lugar diferente. En el resto de personajes también hay una parte de mí, quizá en algunos está lo que me gustaría ser y no soy o incluso lo que anhelo tener cerca de mí.

P Los escritores mezclan y centrifugan sus recuerdos y las historias que han oído para crear personajes y situaciones. ¿Provoca esto que su novela sea el reflejo de la sociedad actual? ¿Cuáles son los temas que le interesan más allá de la historia que los recubre?

R Supongo que en la novela está el reflejo de lo que yo considero que es la sociedad actual, pero cada uno vive la vida con sus circunstancias y no todo el mundo tiene la misma opinión o la misma visión de la sociedad. Para mí, la historia de Olivia me ha dado pie a profundizar en temas como la familia, lo que se espera de las mujeres hoy en día, de la maternidad, la conciliación, el aborto y la libertad.

P La protagonista es una isleña afincada en Madrid. Como amante del mar, ¿Mallorca ha sido una inspiración constante a la hora de crear la historia?

R Por supuesto. No solo Mallorca, que es una inspiración constante en sus formas, su luz, el ritmo de la vida de aquí. Sino que también y, sobre todo, la vivencia de dejar un lugar como este, con la tranquilidad que supone la isla, y llegar a una ciudad tan grande como Madrid. Yo me fui más mayor, no era tan pequeña como la protagonista, así que he tenido que imaginarme las dudas y los miedos de una niña de once años que se enfrenta a un cambio de ciudad y que no entiende muy bien que los barcos no lleguen hasta la capital.

P ¿Cómo creó a Mario, Lucía o Carlota?

R Los creé pensando en la relación que tenían con Olivia y en cómo podían hacer que ella evolucionara o no en su viaje interior. Siempre tuve muy presente que tenían que estar ahí por una razón muy concreta. Esbozaba en un cuaderno sus manías, algún aspecto físico concreto que los hiciera diferentes, la relación exacta que tenían con Olivia sin olvidar su evolución como personajes independientes a lo largo de la historia.

P Si tuviera que elegir a un personaje de ficción de algún libro para sentarse a charlar un rato, ¿a quién escogería?

R Me gustaría mucho sentarme a tomar un café con June, la protagonista de El cuento de la criada de Margaret Atwood.

P ¿Se ha basado en hechos reales o toda la historia es ficción?

R La novela es ficción, pero hay muchas preguntas, dudas y miedos que he tenido siempre escritos en diferentes personajes. Creo que la gente que cuenta historias, ya sea en el cine, en el teatro o en una novela, deja parte de su ser en cada una de esas historias. En Una familia normal existe ese echar de menos el lugar en el que vivías, no entender a los adultos hasta que el adulto eres tú. Están muchas preguntas que me he hecho a lo largo de mi vida y también respuestas o quizá las respuestas que yo querría que fueran si esto me pasara a mí.

P ¿Qué espera del libro?

R Espero y deseo que el lector consiga empatizar con la historia de Olivia y su familia.

P Para cerrar, la pregunta más íntima que se le puede hacer a un escritor: ¿Por qué escribe?

R Escribo porque me alivia. Me ayuda a canalizar mis sentimientos, a plantearme preguntas que a veces no me atrevo a hacerme a mí misma y a ordenar y a entender muchas de las cosas que tengo flotando dentro de mí.

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