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Entrevista

Ainhoa Arteta: "Hay que dejar que el artista cree, habrá cosas fallidas y otras que lo eleven"

"Trato de defender las grandes obras a las que no les puedes hacer muchos cambios, porque llevan una liturgia que ha de ser respetada"

Ainhoa Arteta ha pasado unos días de ocio en Eivissa invitada a una fiesta privada. aisha bonet

Ainhoa Arteta (1964, Tolosa, Guipúzcoa) representa actualmente Madame Butterfly en el Kursaal de San Sebastián. Tiene una apretada agenda artística, prepara su regreso a la televisión. En esta entrevista exclusiva analiza el momento actual de la ópera en España, los cambios y problemas de este género, aboga por un mayor apoyo a la cultura, los intérpretes y el turismo cultural. Ha pasado unos días de ocio en Eivissa, donde habla de sus inquietudes y sus sueños.

P¿La ópera atraviesa un buen momento o está abocada a cambiar como expresión artística?

RJamás se va a perder porque estamos interpretando a maravillosos compositores que requieren de una técnica y saber hacer en el escenario. Si se respeta lo que escriben los compositores, la ópera siempre estará en auge, ya que es algo exquisito. Es verdad que sufre un cambio ahora mismo que tiene mucho que ver con los medios de comunicación actuales.

P¿Es provocado por Internet y las redes sociales?

R La gente quiere acceder a la ópera a través de internet, parece que se ha salido de su entorno para abrirse más, pero no por ello hay más calidad. Es una de las cosas que a mí me preocupa. Se ha abierto a un público, incluso que no estaba abierto a la ópera

P¿Se ha democratizado como arte con gente y obras nuevas?

R Veo y oigo a gente demasiado joven haciendo burradas vocalmente y técnicamente. Como si fuera un negocio de usar y tirar, no les importa tanto la trayectoria del cantante como la época que yo he vivido con artistas como Montserrat Caballé, Plácido Domingo o Joan Sutherland, grandes artistas hasta los sesenta años. Ahora a un cantante con cuarenta o cuarenta y cinco le dicen que está en el cementerio de los elefantes y no es así. En la ópera, precisamente, si se hace como es debido, es precisamente a esa edad cuando un artista está en pleno apogeo y puede hacer los roles importantes.

P¿Entonces es el negocio y el management lo que cambia?

R Hay agentes a los que no les importa romper a un cantante. Siempre digo que la ópera es coser a mano, si empiezas a coser a máquina ya no es igual. Las obras que han hecho los compositores no estaban hechas con la tecnología electrónica, si las hubieran pensado para la electrónica serían probablemente distintas. Estas obras están hechas segundo a segundo, compás por compás, con un ritmo de vida diferente, no estaban contaminados con los medios que tenemos ahora y podían tomarse todo el tiempo para concentrarse. Por eso son obras que cuando las tienes delante siempre descubres algo nuevo.

PLa ópera parece que no accede a las últimas tecnologías. ¿Tiene otro curso o registros?

R Abogo por las carreras largas, también porque tengo una edad y si no ya me habrían enterrado. Sin embargo, no es incompatible la electrónica, ni arriesgar y mezclar géneros. No tengo problemas, voy a por el quinto disco y he hecho temas que no eran de ópera y que han sido ópera. Mi discurso va más por defender que a las grandes obras no les puedes hacer muchos cambios, a una obra como la de Puccini no le puedes hacer gran cosa porque lleva su liturgia y debe de ser respetada.

PEn la música electrónica y pop salen nuevos valores cada día, pero no sucede lo mismo con los nuevos valores de la ópera moderna. ¿Es por esa precisión técnica que comenta o por el trabajo y sacrificio que conlleva?

R Hay nuevos cantantes y valores, pero los que son tradicionales y de peso son fuertes y sublimes. Llevo treinta años de carrera y todavía estoy descubriendo cosas en las partituras que leo y llevo leyendo toda mi vida. Hay teatros como el Teatro Real o el Liceo que van arriesgando y poniendo esos títulos, a riesgo de saber que el público puede que no lo entienda también. Sin embargo hay que arriesgar, las obras maestras también han sufrido fracasos. Madame Butterfly fracasó al estrenarse y luego se volvió a hacer. Siempre veo a los artistas como algo elevado.

P¿Se considera artista, cantante o intérprete?

R Me considero intérprete, no soy artista, interpreto lo que han hecho los grandes autores. Todos los grandes artistas, diseñadores, pintores, escultores... hacen obras faraónicas que el pueblo a veces no entiende. Por ejemplo, cuando se estaba haciendo el Kuursal o el Guggenheim, la gente no entendía la dimensión de estas obras y ahora resulta que han cambiado las ciudades y abierto nuevos espacios. Entonces no había memes pero habría millones si fuese en la actualidad. Tenemos que dejar que el artista cree. De las creaciones habrá cosas que salgan fallidas y otras que nos eleven como seres humanos, es algo que tenemos que respetar e incentivar.

P¿Cómo se cuida una voz?

R Me considero una deportista de la voz. Obviamente uno tiene que estar sano y bien y con una rutina establecida. Aunque también es sano irse de juerga y también nos gusta a los cantantes. En nuestro caso la diferencia con un músico es que llevamos el instrumento puesto, diría lo mismo de los bailarines, ya que también su instrumento es su propio cuerpo, el nuestro es la voz. Al final convives con ello, sabes las cosas que le van y las cosas que no. Se trata de buscar siempre el equilibrio dependiendo de la cantidad de trabajo que tengas y, además, tienes que vivir porque no se trata de estar pendiente solo de dos cuerdas vocales, hay que entrenarlas y tenerlas bien fuertes. La técnica es indiscutible e indispensable.

P¿Qué proyectos tiene ahora?

R He hecho Madame Butterfly en el Auditorio Kursaal y después voy a Cap Roig, donde damos un concierto de arias de ópera que están en bandas sonoras de cine o grandes películas que han utilizado arias de clásica. Más adelante entro en el Teatro Real para hacer el papel de Isabelleta en la obra Don Carlo. Tengo más cosas pero no miro más allá porque si no me entra un agobio horrible.

P¿Renovará con el programa Prodigios, de La 1, hará cine u otra cosa en televisión?

R La verdad es que ahora no tengo mucho tiempo. En el cine puse voz a una película y me hizo mucha ilusión. En televisión colaboraré siempre que sea algo que pueda aportar en positivo y que construya de lo que yo sé.

P¿España es un país de tenores y sopranos como Italia?

R España es un país de voces extraordinarias. Ahora mismo además hay cantantes y artistas muy preparados, y repito que espero que no les fastidien los agentes o algunos teatros. Viene gente muy potente vocalmente. No me quiero pronunciar en política porque soy un ser artístico, pero quiero destacar que en los treinta años de Transición se hicieron muchas cosas bien por la cultura desde un color y de otro, se abrieron muchos auditorios y monumentos, se construyó mucho para la cultura, se lavó la cara a gran parte de los monumentos. Salimos de la España en blanco y negro a la España en color, un país con un patrimonio histórico brutal.

P¿Y que ocurrió con todo ese bagaje cultural?

R Había dos orquestas en España, se trajeron muchos músicos de países del Este, se dieron muchas facilidades a que vinieran. Esa gente además de venir a tocar también enseñaba y por esta razón tenemos una cantidad de músicos de extraordinaria calidad. En este país hay un grave error ministerial, es una nación que puede explotar el turismo cultural de forma fantástica. Bajo mi punto de vista, el Ministerio de Cultura y el de Turismo deberían trabajar conjuntamente.

P¿Falta infraestructura o promoción del turismo cultural?

R Disponemos de la mayor red de teatros y auditorios de Europa y del mundo y eso no lo sabe nadie. Tenemos un patrimonio cultural que no lo explotamos. Además de contar con una de las mejores gastronomías del mundo a lo largo del país, una red de carreteras fenomenal y si se puede añadir más tenemos encima un clima envidiable. Mira si se pueden explotar cosas a nivel cultural y turístico en este país. El turismo cultural es muy interesante para la economía española.

P¿Le costó mucho que le reconocieran en España?

R Sí me costo. Me fui fuera porque era donde podía estudiar y aprender. Soy de Tolosa (Guipúzcoa) y me hubiese quedado en España si hubiese vivido en Madrid para estudiar en la Escuela Superior de Canto, que es buenísima, y donde se ha formado mucha gente. Pero soy de una generación anterior. Fui primero a Italia y después a Nueva York, para mí no fue plato de buen gusto. Pero aprendí muchísimo en Nueva York porque hay una gran mezcla cultural. Como en Eivissa, encuentras a gente de todos lados pero aquí están relajados, en Nueva York está todo el mundo estresado.

P¿Y cómo lo afrontó cuando volvió?

R Me dediqué a hacer mucho recital porque vi toda la red de auditorios y teatros de que disponemos, por eso mi carrera de recitalista es tan fuerte, soy tan recitalista como cantante de ópera. Eso lo hice con una gente que creyó en mí. Fuimos poco a poco pasando por todos los auditorios y teatros de España como artista solista con piano y recital, y me iba presentando. Ahí sí me reconocieron. Pero los grandes teatros como el Teatro Real y el Gran Teatro del Liceo todavía estoy por verlos. Prácticamente a todos los cantantes españoles nos están dando segundos y terceros repartos, los primeros repartos no nos los dan.

P¿Se acabó la época de los duetos o tercetos tan famosos, como Pavarotti y Domingo o Carreras, que hubo en la ópera?

R No creo. Aquello fue un fenómeno que surgió de un visionario, un artista, un creador a raíz de la enfermedad de Carreras y se crearon Los Tres Tenores. Juntar a tres grandes artistas es una maravilla, y cuando lo hicieron ya tenían una edad. Hoy en día muchos cantantes a esa edad están rotos o, si no, los jubilan. Esto lo hablo mucho con Ramón Bargas, ya que somos muy amigos y de la misma generación, y comentamos que nos ha tocado vivir esta parte fea de nuestra profesión.

P¿Cómo lleva la fama?

R Bien, siento un inmenso respeto de la gente hacia mi persona. Se acercan con mucha amabilidad, respeto y cariño, eso es imposible de llevar mal.

P¿Qué sueña ahora?

R Seguir con mi profesión, disfrutar de los momentos de calidad de la vida, ver crecer a mis hijos y poco más.

P¿Le cantaría a Pedro Sánchez como lo hizo con Bill Clinton?

R ¿Por qué no?, claro que sí. Le cantaría a todo aquel que quisiera escucharme. Considero que la música y sobre todo el canto tiene un poder enorme, la voz es el único instrumento vivo que existe. Para cantar necesitamos todo el cuerpo, para la gente que se aficiona al canto en directo siente sensaciones muy fuertes y eso tiene derecho a vivirlo todo el mundo.

PYa conocía Eivissa cuándo dio un recital de piano.

R Vine a un concierto de ida y vuelta, pero me he dado cuenta de que Eivissa es el centro neurálgico de personas muy interesantes de todo el mundo. Es una pequeña Nueva York, además de la juerga hay mucha intelectualidad, gente muy interesante que se encuentra aquí por sus trabajos, aficiones... Es también una mezcla de culturas. Tengo dos amigos grandes que son Narcís Rebollo y Eugenia Martínez de Irujo que tienen casa aquí y siempre me animan a venir y querían que conociera a Pino Sagliocco. Tenía dos días libres entre funciones y he venido a vivir la Eivissa tranquila.

PPues le habrá sorprendido el bullicio de agosto.

R Hay mucha gente que se espanta de la isla porque piensa que va a haber mucho turista, pero yo estoy muy relajada aquí.

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