Desde que vio un espectáculo de danza en el colegio de su pueblo, en Cala Rajada (Capdepera), quiso aprender a hacer lo mismo sobre un escenario. 20 años después, Pep Guillem, con sólo 23 primaveras, es el bailarín más joven del elenco del musical Anastasia, todo un éxito en taquilla en Madrid.
P ¿Desde cuándo lleva subiéndose a los escenarios?
R La primera vez fue en Cala Rajada, donde nací. A los tres años vi un espectáculo de danza que hacían en la escuela y me enamoré. Le dije a mi madre que me apuntara a baile. Al año siguiente, hice mi primer bolo en un escenario.
P ¿Cómo ha evolucionado Pep Guillem desde que saliera de Mallorca para estudiar danza?
R Pude asistir a la American Academy Ballet de Nueva York en verano de 2012 gracias a una beca. Fue un trabajo intensivo y se me abrieron los ojos: había mucha más industria y posibilidades en este mundo del que acostumbraba a ver en Mallorca. Ahí decidí darlo todo para poder dedicarme a esto en el futuro.
P ¿Cómo mejora un bailarín al tener la oportunidad de formarse fuera de España?
R En Estados Unidos, el nivel es tan alto que aprendes constantemente, no solo del profesor, sino también de tus compañeros. El ambiente te motiva a evolucionar y aprendes muchísimo más.
P ¿Un artista deja de formarse?
R Nunca. Antes era más bailarín, pero ahora estoy más inmerso en el teatro musical. Tengo las funciones en Anastasia, pero a lo largo del día tengo clases de danza, o voy al gimnasio, o tengo clases de canto e interpretación. Cuanto más versátil seas y más cosas domines, más posibilidades tendrás de trabajar.
P ¿Qué le atrajo de la danza como para querer dedicarse a ella?
R Cuando vine a Madrid, tenía una idea muy clara de que me dedicaría a la danza clásica y que continuaría formándome en ella. Más tarde, me di cuenta de la enorme industria de teatro musical que había aquí. Empecé a tomar clases de canto y mi profesora de entonces me animó a apuntarme a la audición del musical de Hércules en 2015. Era la primera audición que hacía para teatro musical y me cogieron. Una vez dentro, me enamoré por completo y sentía que era esto a lo que me quería dedicar durante años.
P¿Cree que los musicales son, ahora mismo, el espectáculo más completo y más valorado?
R Cada espectáculo es distinto. Es cierto que el teatro musical tiene mucha influencia gracias a Estados Unidos y esto ha ayudado a que se popularice y se convierta en el espectáculo número uno al que quiere ir la gente.
P¿Cómo surgió el trabajo en Anastasia
R Stage, la empresa del musical, convocó audiciones a través de sus redes sociales. Recibieron entre dos y tres mil solicitudes. En mi casting éramos entre 200 y 300 personas. Durante seis días hicimos varias pruebas. El último día, éramos unos treinta bailarines, y de ahí seleccionaron a 5 chicos y 5 chicas, que actualmente formamos parte del elenco.
P ¿Cómo se prepara un artista para un musical que conseguirá superar el año en taquilla?
R Cuando tenemos dobletes, los viernes y los sábados, estás básicamente todo el día en el teatro. Si a ti te gusta lo que haces, se convierte en ameno, sobre todo cuando hay mucho compañerismo y te sientes en familia. Nunca he sentido estar trabajando cuando hago las funciones. .
P ¿Qué se siente al formar parte del musical más galardonado en los Premios del Teatro Musical de este año?
R Me siento muy afortunado y privilegiado. En las audiciones finales había mucho nivel y cualquiera de los que estábamos ahí podría haber entrado perfectamente.
P Tras el musical, ¿participará en otros proyectos?
R Mientras hago funciones en Anastasia, estoy con la productora de Billy Elliot, que me ha becado para formar parte del musical de Grease.
P ¿Le gustaría actuar en la isla?
R Me encantaría volver a los escenarios de Mallorca, a ver si estoy en algún musical en el futuro en el que hagan gira y poder pasar por el Auditòrium. La última vez que actué en la isla formé parte del ballet Romeo y Julieta.
