Diario de Mallorca

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Clásica: crítica

De placer, 'Piacere'

Accademia Piacere

Claustre de s. Domingo de Pollença (21 ago)

Fahmi Alqhai, violino da gamba y director. Nuria Rial, soprano. Obras de Guerau, Durón, Torres, Nebra y Bononcini.

De ascendencia libanesa, el sevillano Fahmi Alqhai dirige, desde el atril su Accademia Piacere, hoy una institución por lo que a la interpretación de la música con criterios históricos se refiere. Tanto él, como intérprete del violino y de la viola da gamba, como el grupo son un referente a nivel internacional. Pues bien, si a esta formación se le suma la voz de una de las grandes, Nuria Rial, el resultado se convierte en inmejorable. Sí, de auténtica belleza sonora, como lo demostraron el pasado miércoles en una velada del Festival de Pollença, en el claustro de Sant Domingo. En el programa, un monográfico de música española de los siglos XVII i XVIII, con obras de autores como el mallorquín Francesc Guerau, Sebastián Durón, José de Nebra o Giovanni Bononcini, que, aunque italiano, algunas de sus obras se encuentran en la Biblioteca Nacional española.

Durante el concierto el grupo alternó momentos instrumentales con arias de diferentes óperas y zarzuelas. Siempre con una exquisitez y una musicalidad extraordinarias.

Para empezar, una Pavana de Guerau, para enlazar con un recitativo y dos arias y unas Xácaras y Follias, cuya base fue la improvisación a partir de un tema, muy popular en la Europa de la época, conocido como Follias de Espagna. Una auténtica vorágine de buen hacer, de sonoridad, de confrontar el sonido de los instrumentos como si de jazz barroco se tratara. Fantástico.

Sosieguen, descansen de Durón y un Fandango de Nebra llenaron la que podemos llamar segunda parte del recital y que dio paso al grupo final de composiciones que terminó con una explosiva Tempestad grande, amigo también de José de Nebra. Afinación de diez, sintonía máxima entre los miembros del grupo, empaque soberbio… ésta fue la tónica general sobre la que se movió la sesión por lo que a los instrumentistas se refiere. Voz delicada, un saber decir difícilmente superable, entonación sobresaliente, son algunos de los calificativos que podemos aplicar a la soprano, una de las mejores en el repertorio del barroco y del clasicismo. No es casual que Nuria Rial trabaje con los grandes como Elliot Gardiner, René Jacobs o Neville Marriner y que alterne recitales y grabaciones al lado de grandes formaciones con producciones operísticas de gran nivel.

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