Tarantino alcanzó la primera división desde su primer largo, Reservoir dogs, con méritos innegables. Una vasta cultura cinematográfica y habilidad para homenajear sin llegar a fusilar, un don para el humor negro y los diálogos afilados, ambición en la faceta visual y astucia para venderse. Vocalizando además la fascinación por la violencia de millones de compatriotas suyos. En el lado desfavorable es muy superficial (salvo excepciones como Django desencadenado) y transpira un taimado machismo. Es más (mucho) figura que genio.
El guión de Érase una vez en Hollywood reescribe un episodio histórico, el principal crimen de la Familia Manson hace medio siglo exacto, con fórmula similar (verbigracia) a la de Tom Stoppard con Hamlet. Elige a dos pringados, un actor que tuvo cierta gloria y comienza a oler el declive (DiCaprio) y su mejor amigo, un especialista que le hace de chico para todo (Pitt), y pasa a teloneros a los verdaderos protagonistas (Manson, Tate y Polanski). Siendo una idea simpática, Tarantino se queda en lo más superficial. El Hollywood de final de los sesenta no tenía ya el glamour de décadas previas; se desprecia además al movimiento hippie y el caldo de cultivo que generó un monstruo como Manson. Se queda el filme en la pareja de protagonistas dando vueltas por Los Angeles sin que ocurra nada extraordinario hasta el final, con una ambientación excelsa y un recurrente señuelo visual de primeros planos de pies. Resumido: Recurriendo al símil taurino, son dos horas y cuarto de paseíllo por parte del director y actores, lanzando besos al público, a su gremio y a sí mismos; y diez minutos escasos de faena, de auténtico Tarantino.
Érase una vez... en Hollywood
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Nacionalidad: Estados Unidos, 151 mins. Director: Quentin Tarantino. Actores: Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Margot Robbie, Emile Hirsh. Cines: Augusta, CineCiutat, Ocimax, Artesiete Fan, Cinesa Festival Park, Multicines Manacor.
