"Cada vez que subía al primer piso de Son Boter, me fijaba en unas manchas que hay en el suelo. Cuanto más documentaba el espacio, más me fijaba en ellas. Después, descubrí que eran el resto del tríptico Fuegos artificiales, expuesto en Barcelona", explica Rif Spahni, el fotógrafo que ha inmortalizado Son Boter, uno de los estudios de Joan Miró en Palma. "Cada vez fui metiéndome más en las manchas que descansaban sobre el taller y descubrí un submundo mironiano", relata.

Ahora ha salido a la luz la primera documentación gráfica, hasta la fecha, de Son Boter, impulsada por la Fundació Miró Mallorca.

Una de las condiciones que Spahni pidió al museo era que se realizara un libro "más accesible para la gente, tanto en tamaño como en precio".

Se trata de un proyecto fotográfico en el que se combinan dos: uno en blanco y negro, centrado en el espacio del estudio y los grafitos que el pintor dejó sobre sus paredes; otro, en color, mucho más personal, muestra los restos de pintura del suelo de Son Boter.

"Al principio, la Fundació me encargó un solo proyecto. Cuando empecé a trabajar en él y descubrí las manchas, a la directora de entonces le encantó, pero ahí se quedó. Cuando cambió la dirección, me propusieron hacer la exposición en color. Les pedí que me dejaran más tiempo para profundizar en el trabajo y rehice todas las fotos", comentó Spahni acerca del porqué de estos dos contrastes en su obra.

Sobre qué supuso para él trabajar en este estudio, reveló que trabajaba solo en Son Boter, en una parte cerrada al público. "Cada vez que entraba al taller solo me acompañaban para abrir ciertas cosas. Después, sentí que, conforme observaba, se creó una relación íntima, muy especial, y me sentía muy a gusto. Estoy seguro de que Miró disfrutó un montón metido en este lugar".

Spahni descartó más de tres cuartas partes de las fotografías que aparecen en este pequeño recopilatorio (de Ediciones Anómalas). Explicó que a ambos proyectos les separan un par de años de distancia, y que para el proyecto en blanco y negro, realizó más de cien fotografías y, a color, se superaron las cuatrocientas instantáneas.