Este 2019 es año de festejos en casa de Tomeu Estaràs. El cofundador de Els Valldemossa, que sigue ilusionándose con cada concierto y cuidando hasta el mínimo detalle la puesta en escena con su esposa y cantante Genia Tobin -con la que actuará el próximo 10 de agosto en su pueblo natal-, suma 60 años de carrera, desde su estreno en 1959 en la sala de fiestas Tito's, y medio siglo desde su participación, como corista, del triunfo de Salomé en el Festival de Eurovisión, en la que fue la última victoria hasta la fecha de España en este certamen.

Con Miquel Brunet en la dirección, y arropados por el batería Teo Salvà, el guitarrista Joan Colom y el bajista Wojtek Sobolewski, Estaràs y Tobin -matrimonio desde 1973- brindarán el 10 de agosto en Costa Nord el tradicional concierto de verano valldemossí, que este año se sirve bajo el título de Show Time. Un acto que presentará la hija de ambos, Noelle Estarás Tobin, y en el que colaborará la Coral de Valldemossa, bajo la dirección de Pilar Noguera. Ejecutarán piezas jazzísticas, temas propios de Estaràs y canciones populares, como Ton pare no té nas o Cric-crac-cric-ciurons, tema que abre el álbum que Els Valldemossa grabaron y publicaron, con título homónimo, aunque en castellano, en 1967 con el sello Philips.

Una caja de vinos, obsequio del bodeguero José Luis Ferrer, fue la primera paga que recibió Estaràs tras un concierto, el de su estreno, en el 59, en Tito's. "Por aquel entonces nos llamábamos Los Existencialistas de Valldemossa, cobrábamos 30o pesetas a la semana y actuábamos cada noche, sin descanso", recuerda. De la sorpresa inicial -la que les produjo el interés del propietario de Tito's para hacerse con los servicios del grupo-, Els Valldemossa pronto se vieron sacudidos por la ilusión al entrar en un circuito, el musical, que ese mismo año (1959) les llevaría hasta el Blue Angel de Londres, frecuentado por el mismísimo John Lennon. "Ahora solo actúo de modo esporádico, y la ilusión es distinta a la de los inicios, pero siempre está ahí", reconoce un artista que "nunca" ha pensado en la jubilación. "La conexión con el público es lo más bonito que me ha pasado", añade.

"La flauta es mi vida", afirma. La primera se la regaló el pintor Coll Bardolet y aun la conserva, "como un tesoro". Con el tiempo, Estaràs se ha convertido en un coleccionista de flautas, adquiridas en los países que ha ido visitando a lo largo de su trayectoria. "La flauta, como instrumento, me ha enseñado muchas cosas, además de proporcionarme seguridad y transmitirme una vitalidad enorme", apunta. "Siempre que vienen los nietos a vernos, Tomeu toca la flauta y ellos se ponen a bailar", intercede Genia.

Durante medio siglo, Tomeu ejerció de crucerista, dando la vuelta al mundo "un par de veces". Desde su experiencia ve "un problema para Palma tanto crucero en un mismo día. Los grandes cruceros, si coinciden en el puerto, lo saturan todo, hasta Valldemossa, que se llena de taxis", espeta. "En los fiordos noruegos están prohibidos, por una cuestión de ecología. Yo sí pondría límites en Mallorca", añade.

De la inquietud al desinterés, el que le produce un festival, el de Eurovisión, que conoce bien. Con Salomé, los Estarás, en calidad de coristas, protagonizaron la última victoria de España en esta cita, en 1969, con la canción Vivo cantando. "Fue una experiencia muy enriquecedora", recuerda Tomeu. "Eurovisión ha cambiado mucho desde entonces, a peor. Antes primaban las voces y las orquestas, hoy solo interesa el efecto visual", lamenta.

Mi canción del verano

El cancionero y el directo de Jaime Anglada despierta los elogios de Tomeu Estaràs. El veterano músico tuvo ocasión de escuchar al guitarrista hace poco en la Fundació Coll Bardolet, en Valldemossa, y "disfruté mucho", asegura. "Por su voz, su capacidad con la guitarra y sus composiciones, cualquiera de sus canciones me sirven para este verano", confiesa el flautista.