Son pocas las veces que en que nos llega, hoy en día, el sonido de un saxofón, un violín o un piano. Pero la música clásica no es un rara avis en el panorama musical y cultural actual, al menos en Pollença, que este verano vuelve con su ya mítico festival en el especial marco del antiguo patio del convento de Santo Domingo. Esta vez, además, con la intención de homenajear el compositor pollensí Miquel Capllonch, que el Ayuntamiento declaró hijo Ilustre de la localidad en 1960, año en el que también, y no por casualidad, se inauguró el Festival de Pollença.

Así lo explicó ayer el alcalde de Pollença, Tomeu Cipres, durante la presentación de la programación de la ya 58 edición del festival. "Estamos muy ilusionados con lo que se ha podido hacer este año en la programación y también muy agradecidos a los colaboradores que han hecho que sea posible", afirmó.

Será el próximo 7 de agosto cuando la Orquestra Simfònica de les Illes Balears se encargará de abrir el programa con Manuel Hernández como cabeza de dirección y el solo de trompeta del artista internacional Pacho Flores. Sin embargo, uno de los momentos más sonoros de la programación será la actuación de la London Philarmonic Orchestra, que pondrá la guinda al festival en su edición más internacional. Desde el Comité Artístico han afirmado que gracias a la colaboración con otros festivales "se han abierto muchas puertas" y han manifestado sus esperanzas de que "éstas se vayan consolidando".

Otro de los platos fuertes será Artemis Quartett, que harán una apuesta de considerable dificultad interpretativa y que representa a la perfección cómo en el festival se combinan diferentes instrumentos de cuerda, con una pieza de Schubert y otra de Txaikovski.

Además, el público más clásico también podrá disfrutar de las interpretación al piano de Josep Colom, del concierto familiar L'artesà de planetes o de la actuación de la Accademia de Piacere, en la que destacará su "atrevimiento a la hora de realizar música".