“El otro día colgué una ilustración donde Lola estaba desnuda delante de un ventilador y no pasó nada. Al principio sí me censuraban la página de Facebook cada dos por tres. Era muy angustiante”, comenta la ilustradora Raquel Riba sobre una de las cosas más amargas de dar vida a su álter ego: Lola Vendetta.
Ayer por la tarde presentó su tercer libro, publicado el pasado mes de abril , Lola Vendetta y los hombres, en la librería Drac Màgic.
Riba confiesa que Lola Vendetta es “un gancho” con el objetivo de “indagar en temas que a Raquel le dan miedo, o no se siente preparada para ello.” Lola Vendetta es un fenómeno que se dio a conocer a través de las redes sociales, donde a día de hoy cuenta con más de medio millón de seguidores entre Facebook e Instagram.
Realizar tantas ilustraciones y mantener a un personaje vivo durante tanto tiempo no es tarea fácil. Riba explica de dónde saca inspiración para que Lola Vendetta se mantenga igual de gamberra: “Converso con todo tipo de mujeres: mayores, de mi edad, adolescentes… Sobre todo con mis amigas, mis primas, mis hermanas. Todas las mujeres que tengo alrededor. También hombres, evidentemente. Mi pareja tiene un papel muy importante, porque él también es artista y nos imaginamos qué podría decir Lola según en qué situación.”
Una Lola más introspectiva
“Lola se golpea muy fuerte con una sensación de rabia que ya le era familiar. Es un viaje de autorreconocimiento y vulnerabilidad, sobre todo, porque ella ha ido por el mundo acompañada de su katana y con una postura muy chulesca, que le ha ayudado mucho a llegar hasta aquí, pero ya no le sirve”, explica Raquel Riba sobre lo que esconde su último trabajo.
“Empieza a comprenderse a sí misma a un nivel muy profundo. Al principio del libro, puede resultarnos hasta desagradable. Bucea en su parte más oscura para darse cuenta de que también puede ser malvada, incluso maltratadora en algunos momentos. Es un personaje cuyo padre está ausente. Tiene un instinto protector enorme con sus amigas y su madre. Sin embargo, solo tiene un par de amigos. Se enfrenta al dolor que tiene con la historia de los hombres, y les mira a la cara por primera vez, en lugar de señalarles con el dedo”.
Al indagar en el tema de la masculinidad, Riba comenta que “hay masculinidades muy bonitas”, solo que “habría que deconstruir esa masculinidad inquisidora y tóxica que impera en las películas y en los arquetipos de tíos sexys”, aunque admite que “ahora se está haciendo muy buen trabajo a través del cine y las series, pero queda mucho camino que recorrer.”
Sobre qué opinión le merece que al final la justicia haya condenado a La Manada por violación, considera: “La sentencia demuestra que expresando tu dolor en público, justo ahora que la información corre tan rápido, puede provocar una ola de cambio brutal. El mérito de que se haya hecho justicia se lo tienen que atribuir a todas las personas que hicieron fuerza. Esto que ha pasado nos ha subido el volumen de los micrófonos, ha ayudado a que se valide ese dolor que carga la mujer históricamente hablando. Le debemos eterno agradecimiento a esa mujer anónima.”
