No hay disco en Mallorca que no lleve la firma de Hay Zeelen. Considerado una autoridad en materia de sonido, este ingeniero en masterización acumula más de 30 años en la profesión, los últimos diez en Santanyí, en una antigua casa desde la que trabaja con clientes de todo el mundo. Cómodo en cualquier estilo musical, su huella puede encontrarse en más de 10.000 discos, algunos de grupos y solistas de la talla de Joe Jackson, Level 42, Tears For Fears, Zucchero, Robert Palmer, Sepultura o The Prodigy.
La masterización es "el último paso creativo y el primero técnico" de una grabación sonora, y el resultado final, el master, servirá como pieza maestra a partir de la cual se obtendrán las copias, señala Zeelen. "Mi trabajo consiste en optimizar la calidad del sonido, utilizando mi oído, un equipo profesional y una acústica neutral, corrigiendo errores, si los hubiera, para permitir que esa grabación suene tanto en cedés y vinilo como en plataformas digitales", añade.
La pasión de Zeelen por el sonido se remonta a finales de los años 60, cuando ejercía de batería en su primera banda, con la que tocaba "de todo" y con la que ganaba muy poco. "Es muy difícil vivir de la música", reconoce. Hasta finales de los 80 alternó trabajos como ingeniero y productor, para toda una gama de artistas y estilos: música sudafricana, del Caribe, oriental, jazz, fusión, rock, reggae, pop, metal, punk... Hasta 1988, cuando decidió volcarse en la ingeniería de sonido, a pesar de las horas que exige este oficio: "Es una vida muy fatigante, siete días a la semana, algunos de ellos hasta las tres de la madrugada".
Durante años, trabajó en unos estudios en su Holanda natal, en Amsterdam (Studio Hilversum, antes Jules), pero ahí no había "calidad de vida. Los alquileres son muy caros y solo en desplazamiento perdía tres horas diarias", espeta. Hasta que Mallorca se le cruzó en su vida: "Fue por mi mujer, que estuvo una semana en la isla, haciendo meditación y yoga. Teníamos el plan de vivir en España y tanteamos un poco. Gran Canaria, por ejemplo, no nos acababa de gustar porque hay demasiado turismo y poca cultura. Puedo decir que venir a vivir a Santanyí ha sido la mejor decisión de mi vida. Un lugar bonito y muy musical, no como Ibiza, donde solo hay electrónica".
Desde Santanyí mantiene una clientela que prácticamente cubre los cinco continentes. "Un 30% son holandeses; un 25%, mallorquines; otro 25%, de la Península; y el resto, de otras partes del mundo", enumera.
Estrecha relación con Mallorca
El suyo es el único estudio de masterización de Mallorca. Se vale de un equipo analógico de tipo clase AA y se atreve con todos los estilos, incluso con libros digitales, jingles para radio y televisión o música para el cine. Zeelen mantiene una estrecha relación con los mejores estudios de grabación de la isla, entre ellos los de Antoni Noguera y Rafa Rigo; e imparte clases de masterización en el CEF, el centro de formación audiovisual de Palma.
"El primer músico mallorquín que conocí fue Toni Monserrat. Ya mastericé su primer disco en Amsterdam, antes de venir a vivir a Mallorca, y precisamente estos días estoy produciendo su nuevo álbum", comenta.
Para Zeelen resulta "increíble" que "en una isla tan pequeña haya tantos músicos", aunque lamenta la precariedad en que se encuentra inmerso este gremio. "Muchos cobran 50 euros por concierto, muy poco. Una deficiencia que debería corregirse", protesta.
Zeelen lo tiene claro. "Me gustaría jubilarme en Santanyí. Aquí lo tengo todo: el mejor diseño acústico de mi vida, trabajo y un pueblo que rezuma cultura, con escuela de música, big band, corales, bandas, poetas..."
Clientes ilustres de la isla y de la escena internacional
Toni Monserrat ha ejercido de anfitrión desde que Hay Zeelen decidiera pisar Mallorca. "Me ayudó a buscar casa y a contactar con los profesionales del sector", recuerda el ingeniero holandés en referencia al más genuino representante del estilo "americana" en la isla. Y él le devolvió el favor, colaborando en dos de sus discos. Entremedias, Zeelen ha trabajado en miles de discos, a razón de 150 al año. La nómina mallorquina incluye a Jansky, Sr. Nadie, The Quatermass, Hattori Hanzo, Cap pela y Jordi Maranges, por citar unos pocos. Y la internacional quita el hipo: Joe Jackson, Level 42, Venice, Tears for Fears, Robert Palmer, The Prodigy, Eddy Grant, Gino Vanelli, Sepultura, Satyricon o Zucchero, además de discos para un gran número de sellos discográficos como Sony, BMG, EMI, Universal o CNR.
