R emake de Los muchachos de antes no usaban arsénico (José Martínez Suarez, 1976), y en clave bastante argentina (muchas citas al cine de los años 40 y cincuenta de ese país), Juan José Campanella ha sabido adobarlo y hacerlo digestivo en el presente siglo, con el modesto objetivo de entretener.
Los referentes del argumento son múltiples, desde Sunset Bulevard de Wilder a múltiples comedias negras tipo Arsénico por compasión de Capra y obras destacadas de Rafael Azcona, Mario Monicelli o los estudios británicos Ealing. Respecto a la obra original, Campanella acentúa el gremialismo de los personajes veteranos (antes eran una diva, su lisiado marido, su exmédico y exadministrador; estos dos últimos se sustituyen por un director y un guionista) y rejuvenece a la yuppie pareja de pérfidos agentes inmobiliarios. Los temas de las dos tramas, el spleen de las parejas longevas, la nostalgia, temor al envejecimiento y olvido de los divos; y la lucha entre palomas y halcones, humor negro contra un intento de estafa, no acaban de casar del todo. También amaga el filme con virar hacia La huella de Mankiewicz sin alcanzarla por irregularidad de los gags y desafine de los personajes. La torpeza y soberbia de los jóvenes es demasiado evidente, acartonada; la inteligencia del director y el guionista es menor de la presupuesta, desvelando antes de tiempo algunas de sus jugadas. El amor de la diva y su abnegado marido, demasiado peliculero; el final, enrevesado, la banda sonora abusa de temas anglosajones. Con todos esos peros, el reparto es bueno, la realización decente y el conjunto mantiene una sonrisa permanente además de provocar un par de genuinas carcajadas.
El cuento de las comadrejas
***½
Argentina y España, 129 mins. Director: Juan José Campanella. Actores: Graciela Borges, Oscar Martínez, Luis Brandoni, Clara Lago. Cines: Augusta.
