De sonrisas y lágrimas. O, más que lágrimas, quejas. Así han sido estos tres años en el Teatre Principal bajo la gestión del director Carlos Forteza y Mònica Pérez, la directora adjunta. Para unos han sido "el mejor equipo de la historia del Principal"; para otros, han "dado la espalda" a la creación local. Su tarea en el centro acabó el pasado 7 de julio cuando su contrato, vinculado al conseller de Cultura del Consell, expiró.

La nueva responsable de este departamento es Bel Busquets, que considera que esta clausura ha sido un poco "abrupta". No ha habido, aún, ningún traspaso de información. El Principal está paralizado; nada se sabe de los compromisos y proyectos que están por venir. "Tengo que reunirme con Forteza para poder hacer una transición tranquila", dice la consellera de Cultura, y afirma que aún no saben con qué fórmula se designará al nuevo director; puede ser mediante la convocatoria de un concurso, algo que no es obligatorio según los estatutos, o a partir de un nombramiento a dedo.

Una nueva línea política

Desde el pasado miércoles, Busquets es la nueva responsable del departamento de Cultura del Consell. Que el teatro no tenga equipo directivo es una situación que se encontraron, y no quiere "que ni las empresas ni el público se vean afectadas por ella". A la espera de su reunión con Forteza, la consellera tiene claro que hay que dar continuidad a convertir el Principal "en el punto neurálgico de las artes escénicas de la isla", algo que inició Forteza. Pero habrá nuevas líneas políticas: "Quizás la línea de Forteza ha sido demasiado castellanocentrista. El Principal tiene que ser un espacio de teatro en catalán, claramente, sin renunciar a otras ofertas".

No es un secreto que el trabajo realizado por el equipo de Forteza tiene adeptos y disidentes. Satisfechos están todos los miembros de la Associació de Teatres i Auditoris Públics de Balears (ATAPIB), que consideran que "ahora el Principal está al nivel de los teatros europeos". Valoran que se haya abierto a compañías internacionales de renombre, como Peeping Tom, y haya ofrecido un espacio a formatos escénicos experimentales. El presidente de la asociación, Joan Matamalas, apunta que están "disgustados" con la partida de Forteza y Pérez, porque "han conseguido que, por primera vez, haya existido un contacto serio y verdadero entre el Principal y nosotros. Nos hemos sentidos partícipes y vinculados al teatro".

En esta línea también se encuentra la opinión de Mariantònia Oliver, de la compañía de danza que lleva su mismo nombre. "La danza estaba totalmente desatendida. Estoy muy agradecida por cómo se ha abierto el Principal a esta disciplina". Oliver destaca, sobre todo, el trabajo invisible que han hecho detrás de cada espectáculo. "No solo son positivas las producciones y coproducciones, sino los enlaces, las conexiones y todos los proyectos que salen de ellas. Han hecho un esfuerzo muy interesante para acercar la danza a la sociedad, al público". Aplaude, también, la "variada" programación, y considera "arriesgado" que no se tenga en cuenta "interrumpir su gestión cuando llega una situación política de cambio".

El presidente de Amics de l'Òpera, Pere Bujosa, hace un balance positivo de la programación lírica de Forteza, porque ha contado "con nombres potentes y ha apostado por ópera nueva, como Maria Moliner de Antoni Parera Fons, y producciones atrevidas". Si tuviera que criticar algo, sería que "los cantantes mallorquines siguen siendo secundarios", pero señala que "esto es algo que ha pasado siempre".

Voces disidentes

"El Principal tiene que ser el motor de las artes escénicas de la isla, incluso de Balears. Está muy bien tener dinero para programar, pero necesitamos inversión en nuestra industria", opina el actor Salvador Oliva. "Tenemos una escuela de artes escénicas y no hay industria", critica. Y, aunque asume que "decir que no se ha trabajado en la creación local sería injusto", según Oliva "no ha sido suficiente". Y piensa que las producciones y coproducciones tienen que hacer temporada, "no puede ser que estén solo dos días o tres. La apuesta tiene que ser fuerte".

Cree también que la dirección tendría que "escuchar" más a los profesionales del sector, una visión que comparte el mánager Àngel Pujol: "Nuestra valoración es negativa. Entendemos que un director tiene que tener su proyecto y su criterio, pero un porcentaje de la programación ha de estar al servicio del sector de Mallorca, porque es un teatro público. Pediremos a los responsables que escuchen al sector", recalca. Y recuerda que esta etapa de Principal, que ya "es parte del pasado, ha estado completamente cerrada y de espaldas al sector musical de la isla". A su parecer, "el cargo tiene que ser un de confianza y entender el concepto de teatro público, no puede ser un tecnócrata que lo gestione de manera privada".

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