Entre el trap y el reguetón y de barrio en barrio, de su natal Son Oliva a Son Cladera, donde creció, y Son Cotoner, donde vive actualmente. Por ahí camina la Mary Pachanga, el alter ego de Natalia Linuesa Urbano (Palma, 1993), un segundo apellido que le va como anillo al dedo -y qué dedos, con esas uñas imposibles- a una mujer que, si se empeña, está llamada a ser una estrella de la música urbana.

"Soy un poco vaga, tuve muy mala experiencia en el colegio, lo dejé de joven. Nunca he estado muy centrada -confiesa-. En mi cabeza hay otras cosas antes de la disciplina, me cuesta mucho ponerme a escribir, hasta que me pongo". Pero cuando se pone todo encaja: flow, verdades como puños, vacile y palique sin fisuras, y, sobre todo, sinceridad y naturalidad. "Yo también tengo una historia que contar, mi vida, y sin mentiras, no como hacen otros", espeta esta mujer "de carácter, que no significa de mala leche", apunta mirando a los ojos.

Estopa y Santa Justa Klan, el grupo surgido de la serie de televisión Los Serrano, despertaron en ella la inquietud por los micrófonos. "Siempre me ha gustado cantar, con mis padres lo hacía en su coche, quería ser la protagonista. Pero nunca pensé en dedicarme a la música. Una vez le dije a mi padre que quería ser cantante y me dijo que tendría que escribir mis letras. Y yo, tan pequeña, pensé, cómo voy a escribir yo letras. Así que no volvía a pensar en ellos", recuerda. El rock alternativo, el death metal, el drum&bass fueron ocupando sus cascos, hasta que irrumpió el trap español, un fenómeno con el que se sintió identificada de inmediato, "por los beats y, sobre todo, por las letras", subraya. "Cuando descubrí el trap español yo estaba un poco deprimida, y escuchando en casa esa música me despertó un poco, encontré algo que me volvía a llenar. Pero como cantante no tenía suficiente seguridad en mí misma, y fue a raíz de ver que todo el mundo lo hacía, incluso gente que dice mentiras en sus canciones, cuando dije: pues para que digan mentiras me pongo yo a cantar verdades".

Colega de Rels B, apareció en su Made in Taiwan, el videoclip con el que este músico urbano alcanzó la fama. "Rels es muy buena persona. Le van muy bien las cosas y estoy muy contenta por él. Siempre ha estado muy metido en la música, muy concentrado en su trabajo, muy puesto para lo suyo. Es un niño muy trabajador y responsable". A partir de ahí, y ya con Mary Pachanga en movimiento, fluyeron las canciones, y los videoclips, algunos con pegada en las redes, como 2Sad y Mamarratxí. "Sin videoclip no hay futuro, ni en mi carrera ni en ninguna. Y no me parece bien. Creo que no hace falta tener que hacer un vídeo para que la canción sea buena. Pero la gente quiero eso, lo tengo comprobado", reconoce. Tampoco le importa la imagen, "me la suda", espeta, "no me la trabajo porque mi energía es lo que me conecta con la gente". Una energía que, en directo, se multiplica, con conciertos siempre a la caza "de la diversión". Para divertirse con ella, en vivo, habrá que esperar al 10 de agosto, cuando se suba al escenario de Can Simonet, en Santanyí.

Apadrinada por Rels B

Rels B, el chico bueno de la música urbana, una de las grandes estrellas del Reggaeton Beach Festival que se celebrará los días 20 y 21 de julio en Son Fusteret (Palma), fichó a Mary Pachanga para Made in Taiwan, videoclip en el que la cantante dejó su impronta. Con aquella cinta Rels B empezó su camino hacia el estrellato, hace ahora tres años, y Mary Pachanga aprovechó el tirón y se puso manos a la obra.