Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

A tiro, en verano

La cultura en el discurso de investidura

Mientras la presidenta progresista Francina Armengol repasa los asuntos culturales en su discurso de investidura con menciones a "infraestructuras", "proyección", "industria" y "producto turístico", propugnando para Balears una preocupante y hegemónica filosofía neoliberal de la cultura, resulta que el servicio público cultural que se ofrece al ciudadano está en sus horas más bajas en la comunidad. Pongamos un ejemplo en que la presidenta es directamente responsable: Es Baluard.

El museo está descabezado porque su ex Govern se negó a nombrar al responsable elegido por concurso público alegando que estaba "en funciones". Como si en tal estado, la responsabilidad pública se evaporara. Fue la exportavoz Pilar Costa, ahora consellera de Cultura, quien llamó por teléfono al entonces presidente del Patronato del museo y también alcalde, Antoni Noguera, para comunicarle la buena nueva. No iba a haber nombramiento. ¿Que hay salas vacías sin nadie trabajando los contenidos, que no hay un discurso o un proyecto independiente y profesional, que no hay nadie trabajando las relaciones del centro artístico con la comunidad y la ciudadanía? Es sabido que ésta es la situación idílica para los intereses de algunos que todavía gobiernan el museo. Para el otro poder, el político, todo eso es letra menuda, otro rasguño más para la función pública de la cultura, ausente en el discurso de Armengol y en los perfiles de izquierda que le dieron la réplica.

En cualquier caso, la marejada no ha acabado en Es Baluard. Siguen sucediendo cosas intramuros. Y el Govern, responsable directo de las fundaciones (el Protectorado de las mismas es su competencia), deberá liderar ciertos cambios en el seno de una institución que ahora está en entredicho por lo sucedido. Una de esas modificaciones, entre otras (el centro artístico no está al día en varios terrenos), debería pasar por cambiar los estatutos para acotar los intereses políticos, partidistas y privados: urge cambiar las posiciones de poder en el museo e introducir la participación y la voz de la ciudadanía en el Patronato.

En definitiva, mejorar los servicios públicos de la cultura tendría que ser uno de los objetivos principales en la agenda política de la nueva delegación cultural de este Govern progresista que habla de la cultura desde posiciones que poco tienen que ver con la izquierda social.

Compartir el artículo

stats