Jim Jarmusch es uno de los afortunados cineastas que mantiene su aura de director de culto, los actores aceptan su llamada con los ojos cerrados y se permite alternar obras brillantes ( Extraños en el paraíso o Paterson, con cuarenta años entre medias) y (semi) gatillazos como esta.
Semi porque desde el primer momento la película muestra su ausencia de pretensiones. Una comedia de zombies, similar a Bienvenidos a Zombieland (2009). Se agradece que Jarmusch limite la sangre y la casquería a lo mínimo imprescindible. El planteamiento es muy chorra: unas prospecciones de fracking en el Polo Norte provocan que la Tierra gire al revés y los muertos pasen a no-muertos. En un pequeño pueblo, tres policías empanados (Murray, Driver y Sevigny) y la iluminada dueña de la funeraria (Swinton) se enfrentan a esa horda de resucitados. Jarmush rompe la cuarta pared del cine con un gag muy divertido ("Esto va a acabar, Cliff" "¿Cómo lo sabes, Ronnie?" "Porque he leído el guion." "¿Entero? A mí solo me han pasado nuestras secuencias. Con todo lo que he hecho por este tío y así me lo paga. Capullo.") y referencias al tema country de la banda sonora. El director solo muestra su toque personal en momentos fugaces, como la llegada de Selena Gómez al pueblo. En cambio riega la película de gags cinéfilos, puyas a los acólitos de Trump y un homenaje constante a La noche de los muertos vivientes, la (todavía) obra maestra del género. Resumido, comedia negra ligera, exclusiva para fans de zombies, Jarmush, Murray, Driver, Swinton, Glover, Sevigny, Buscemi, Gomez, Tom Waits o Iggy Pop.
Los muertos no mueren
***½
Nacionalidad: Reino Unido, 103 min.
Director: Jim Jarmusch.
Actores: Bill Murray, Adam Driver, Chlöe Sevigny, Tilda Swinton, Steve Buscemi.
Cines: Ocimax.
