"Besos, Letizia", lanzó Soleá Morente desde el escenario con la misma naturalidad que fluye la música de su garganta. Todo el talento, genio y fuerza que derrocha la joven artista, premio Princesa de Girona, contrasta con su sencillez y su cercanía. Una bendición en medio del caos controlado que tuvo lugar ayer durante la inauguración oficial del Atlàntida Film Fest. Decimos caos porque cuando hay miembros de la Familia Real de por medio, todo se engrandece. De ahí que se agradezca la calma.

El Castell de Bellver atardeció más blindado que nunca. Desde primera hora de la tarde nadie podía acceder a las inmediaciones del edificio. Muchos asiduos a correr por los alrededores y turistas ávidos por ver la puesta de sol se quedaron con las ganas. Los invitados y la prensa, todos perfectamente identificados, pudieron pasar a eso de las siete y media, una hora antes de que llegara doña Letizia.

La reina había dicho sí a la invitación que hace unos meses le cursó invitación que hace unos meses le cursóel mallorquín Jaume Ripoll. Así que con algo de retraso -demora del vuelo- se pudo dar el sus oficial del certamen. La soberana llegó acompañada por el ministro de Cultura, José Guirao, le siguieron la presidenta, Francina Armengol; el alcalde, José Hila; el presidente del Parlament, Vicenç Thomàs, el concejal de Cultura, Antoni Noguera, y la nueva consellera Rosario Sánchez, entre otros.

Hacía ya media hora que cineastas como Jaume Carrió, Goya al Mejor Cortometraje por Gaza, compartían conversación y brindis. Otros rostros conocidos, como el de los artistas Albert Pinya y Susy Gómez,el galerista Horrach Moyà, el abogado Pedro Horrach -fiscal del caso Nóos-, el rector de la UIB, Llorenç Huget, el articulista Biel Mesquida o la cocinera Maria Solivellas iban ocupando sus asientos.

En el photocall esperaban los otros protagonistas de la noche, el director británico Ken Loach, cuyo discurso giró en torno a asuntos de la actualidad y la necesidad de hacer frente al fascimo en Europa y Agustí Villaronga. Jugaba el cineasta en casa y se notó en los aplausos. Acudió a la cita en compañía de dos princesas saudíes, nietas del rey Faisal, protagonista de la cinta que anoche se estrenaba, Nacido Rey.

Poco después de las doce, doña Letizia regresaba a Madrid. No hizo noche en Mallorca.

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