"Meter en prisión a tu oponente no es una forma de hacer política, es algo terrible", afirmó este martes en Palma el cineasta Ken Loach en referencia al conflicto entre Cataluña y el Estado español. El director británico, que horas después recibió en el Castell de Bellver el Premio Master of Cinema en el transcurso de un acto presidido por la Reina, ha señalado que "la represión brutal" del 1 de octubre de 2017 "no es aceptable" aunque ha aclarado que tiene "dudas a la hora de elegir entre una Cataluña independiente o una España unida" porque desconoce si "los intereses de la clase obrera" están dentro de una opción u otra.

Siempre interesado por la justicia social y los desfavorecidos, el veterano realizador, de 83 años, ha adelantado algunos detalles de su nueva película, el drama Sorry we missed hoy, su decimoséptima cinta, exhibida en la última edición del Festival de Cannes, donde ha ganado dos Palmas de Oro, y que se estrenará en las salas el próximo otoño. Un relato centrado en un padre de familia que en teoría es autónomo pero no tiene "poder alguno sobre su trabajo -conduce una furgoneta con la que vende productos online-" y una madre que ejerce de cuidadora en hogares con personas ancianas y discapacitados a la que "solo le pagan los 15 minutos que están en las casas y no la media hora que tarda en ir hasta ellas".

"Ambos están en una situación laboral precaria. Podrían trabajar doce horas al día y aun así cobrarían muy poco. Una historia que se repite en toda Europa" y representa a millones de personas en Occidente, ha espetado. "Es una película sobre las consecuencias del empleo precario para una familia con dos niños pero no es tan seria como parece", ha añadido entre risas este activo militante de izquierdas.

Para Loach, el cine "puede ser muy imaginativo y también centrarse en temas reales, y algunas veces puede validar tu propia vida, si lo ves con perspectiva. Porque si sientes que estás en una situación que nadie entiende y ves un eco que sí refleja lo que tú estás viviendo, puede darte fuerza".

El autor de filmes como Tierra y libertad o Tierra y libertadLloviendo piedras no sostiene que el cine, siempre, deba tener una responsabilidad social explícita: "Cualquier frase que empieza con 'el cine debería...', seguramente esté mal. El medio es neutro, las palabras por sí mismas son neutras, es cómo las juntamos lo que da un significado. El cine debería ser diverso".

En este sentido, el de la diversidad, cargó contra Hollywood, ya que, en su opinión, "el problema con el cine, por lo menos en mi país, es que está totalmente dominado por la industria americana y no existe esa variedad. Y eso representa un problema mayor: la competición tan fuerte que hay para poder llegar a las salas. Y la competencia crea monopolios". Así, puso como ejemplo el de Picture House, la cadena de cines más grande del Reino Unido, que ha acumulado "en una sola todas las que existían, y si no quieren tu película, no se verá en ningún sitio".

Tras aclarar que las nuevas tecnologías no son lo suyo y que "apenas sabe encender un teléfono móvil", Loach ha defendido que "la esencia del cine es verlo en grupo, con público", en una sala en lugar de en soledad y en una habitación con un dispositivo personal, "porque la experiencia será más pequeña. Lo que se disfruta es compartir, las risas, las emociones. Lo ideal sería ver el cine online en centros de la comunidad o en bares, pero eso es algo que depende de los distribuidores", ha subrayado.

Así, ha alertado del "gran peligro" político que representa la individualización del hecho de ver cine. "Aisladamente somos débiles, colectivamente somos más fuertes", ha señalado.

Sobre el brexit, aseguró que "los principales problemas que afectan al Reino Unido seguirán exactamente igual cuando salgamos de la Unión Europea". La pobreza, la precariedad y la privatización de servicios públicos que, en su opinión, empobrecen su país "ya existían estando el Reino Unido dentro de la UE, porque ésta basada en los intereses de grandes corporaciones y no ha favorecido la solidaridad entre las clases trabajadoras europeas, y de hecho ha llevado a la agresividad, contra trabajadores que vienen de Europa del Este, y el racismo".

Ante la posibilidad de que tras el brexit haya en el Reino Unido "un gobierno de derechas", los problemas se "agravarán", porque "bajarán los impuestos para traer inversiones en un país donde la mano de obra es barata, y los impuestos más bajos reducirán aun más los servicios públicos", ante lo cual, ha señalado: "Es una elección entre dos males", no sin antes ensalzar la figura de Jeremy Corbyn, el líder del Partido Laborista, atacado por los poderes económicos, según ha denunciado.