No es nada revelador decir que el capitalismo nos empuja a comprar de manera compulsiva cosas que sabemos que no necesitamos, de las que nos cansamos rápido o que, al llegar a casa, no nos satisfacen tanto como pensamos en un primer momento. Muchas de estas cosas acaban pronto en el contenedor. Contra este desprecio e indiferencia, Michael Marcellus, Carolina Mbomio y Toni Pedraza lo tienen claro: mimo y upcycling (reutilización creativa). Son conscientes de que la naturaleza y el medio ambiente necesitan mimo, y de que a la gente le gusta guardar y conservar prendas hechas con demostración de delicadeza y cuidado. Con estas dos premisas nació Mimo Upcycling, una firma de ropa que, más que una manera de vestir, promueve y defiende un estilo de vida.

? Michael es el diseñador mientras que Carolina y Toni se encargan más de la parte logística y de marketing. Michael se acercó a la reutilización creativa mientras trabajaba en Madrid como estilista, pero su idilio con la moda y la creación le viene desde muy joven. "Recuerdo que cuando era pequeño me quedaba mirando en los escaparates prendas que no me podía permitir", dice. "Desde muy pequeño me interesé por el mundo carnavalesco de mi ciudad, Río de Janeiro". Poco a poco se acercó a la máquina de coser de su madre y decidió estudiar patronaje para, más tarde, estudiar diseño. Después de formarse empezó a vestir la ropa que él mismo confeccionaba que ya llevaba el nombre de Mimo. "Era ropa muy llamativa, con lentejuelas, colores alegres€ Dirigí mi lado carnavalesco a la moda. En mi barrio, Lapa, que es muy bohemio, gustó mucho y empecé a diseñar ropa para otra gente", dice.

? "París es la capital de la moda" y como diseñador que es decidió ir allí de vacaciones. Nunca volvió a Río de Janeiro. De París fue a Madrid, en 2017, donde estuvo tres meses. Y de Madrid a Mallorca. Fue en agosto del año pasado que, junto a Carolina y Toni, decidieron fundar Mimo. Trabajan, sobre todo, con tela vaquera, aunque también utilizan algunas telas de guinea -de donde es Carolina-. "Para mí es un reto y un desafío recrear una prenda. Al final, lo que hacemos es innovación. Estamos transformando algo que ya existe. Defendemos este tipo de creación, la que utiliza recursos que ya tenemos", explica Michael. Y subraya que estas creaciones son, también, únicas, algo que la gente valora mucho: "A todos nos gusta tener algo excepcional y exclusivo. Imagínate si sabes que es algo que tiene una nueva vida". De hecho, cuenta que algunos de los encargos son de personas que les llevan alguna prenda con mucho valor sentimental para renovarla y darle un giro. La ropa que transforman viene de donaciones de amistades, de Càritas o de Deixalles. Las piezas -la estrella son las cazadoras- son chillonas y alegres, para gente que no quiere pasar desapercibida. Porque los que quieren cambiar el mundo tienen que hacerse notar.

Venta

Hace poco que están trabajando en una colección dedicada a la cocina. Desde el espacio Mamà Carmen les han encargado delantales. Las prendas se pueden comprar en Instagram (@mimoupcycling) y en www.mimospain.es