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Entrevista

Josep Maria Miró: "Esa política que pasa tanto por el Twitter y el insulto, la del zasca, la encuentro soez, muy vulgar"

"Yo quiero políticos que tengan la capacidad de operar, de dialogar con el otro y encontrar espacios comunes"

El autor teatral catalán Josep Maria Miró, en la plaça Llorenç Bisbal de Palma. guillem bosch

P ¿Para qué le sirve la docencia?

R Con ella entiendes un poco los mecanismos que articulas en tu escritura. Para mí el espacio académico es un espacio de conocimiento de los otros pero al mismo tiempo de reconocimiento de uno mismo.

P ¿En sus cursos los alumnos obtienen respuestas a las numerosas dudas que les presenta este oficio?

R Yo doy pocas respuestas. Me gusta más abrir preguntas, y también generar interrogantes en el teatro, que no resolver, algo que me parece un poco burgués. Soy más un maestro de ceremonias que un profesor, es decir, reparto juego, espacios de reflexión e intento que la gente especule, pruebe y se mueva.

P ¿Qué implica para usted ser autor de teatro?

R Para mí un autor contemporáneo es alguien que es capaz de reflexionar sobre el pasado, para ver las consecuencias que hay en nuestro presente y sobre todo, para anticipar el futuro.

P Antes de dedicarse al teatro ejerció de periodista. ¿Se considera un autor con una mirada periodística?

R No lo sé pero sí que siento que hay una conexión importante entre el periodismo y el teatro. El periodismo intenta hablar de esto que se llama realidad a través de datos objetivos, de más o menos rigor, de buscar unas fuentes, de indagar en la verdad. En cambio, en el teatro, que también persigue el mismo objetivo, llegar a la realidad, el camino es otro: se crea una mentira para encontrar verdad en ella, un pacto que me parece maravilloso.

P Con su última obra, Temps salvatge

R Hay un personaje de esta obra que en una reflexión final dice: "No sirve de nada quejarse y pensar que los tiempos que nos han tocado vivir son salvajes, siempre lo han sido". Si pusiéramos el retrovisor y miráramos a nuestros ancentros nos horrorizaríamos de lo que hicieron.

P ¿Estos tiempos salvajes le favorecen, al estar su escritura siempre conectada con la actualidad?

R El tiempo siempre ha sido salvaje. Ahora, sí que hay una cierta responsabilidad desde los ámbitos periodísticos, educacionales y los culturales de poner la lupa y decir: "Estos son los tiempos que nos han tocado vivir y hay estos problemas, defectos y objetivos. ¿De qué forma, individual y colectivamente, tenemos que trabajar para articular un sistema mejor?"

P ¿Concibe el teatro como un espacio de reflexión política?

R Absolutamente. El teatro siempre es política. Incluso el teatro que lo es para anestesiar al espectador, también es un teatro político, con una voluntad de teatro conservador, de aniquilar un ciudadano crítico. Para mí, escribir teatro siempre es una opción política.

P Hay quien piensa que la cultura no es el espacio para hacer política.

R ¡Por favor! La cultura es el espacio para reflexionar, desde la ficción, la fábula, el teatro documento o desde lo que sea, sobre nosotros mismos, no solo como entes individuales sino como partes de una colectividad.

P ¿Por qué a los políticos solo se les ve en los teatros y cines cuando hay alfombra roja

R La cultura no interesa a la clase política. Basta con leerse los programas electorales, no está presente. Los que creen más en la cultura son la derecha y la extrema derecha por que cuando llegan al poder quieren aniquilarla. Creen en la cultura en negativo. La cultura es un espacio vertebrador de ideas, que puede generar un espacio crítico y crear un ciudadano con una mente más ancha. Y eso no interesa.

P ¿Qué medida urgente le pediría al nuevo ministro de Cultura, si finalmente tenemos Gobierno?

R La primera demanda se la haría al presidente del Gobierno. Hay que crear unos mayores espacios de diálogo y reflexión. Como he contado en mi teatro, cada vez tendemos más a los individualismos, a la polarización de las ideas.

P ¿Cuál es su ideal político?

R Para mí el mejor político es el que no votaré nunca y me hace sentir cómodo con su proyecto. Los proyectos que anulan y excluyen al otro que tanto se llevan hoy no me interesan. Si es tan difícil formar gobiernos es porque no hay tradición de saber negociar. Esta política que pasa tanto por el Twitter y el insulto la encuentro soez, muy vulgar. En las redes sociales que tanto uso en mi teatro, desde hace poco existe el político del zasca, que dice una frase con no sé cuántos caracteres y tiene un cierto impacto. Yo no quiero políticos de zasca, quiero políticos que tengan la capacidad de operar, dialogar con el otro y encontrar espacios comunes.

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