Hay amigos que dejan huella y conciertos que permanecen en la memoria. Joan Miquel Oliver, siempre dispuesto a darle vueltas y vueltas a la tuerca, se reinventó ayer en un entregado Teatre Principal, al que le regaló una de esas noches mágicas. Arropado por sus músicos habituales, Xarli Oliver a la batería y Jaume Manresa a los teclados, el cantante y guitarrista interpretó joyas de su cancionero en compañía de media docena de artistas tan especiales como gigantes.

David Rodríguez, genio del pop independiente, que asomó su talento primero con Beef y Bach is Dead y actualmente con La Estrella de David y La Bien Querida, impresionó con su interpretación al público palmesano, como impresionó en su día a Joan Miquel Oliver, asombrado de que sea capaz de llegar más lejos que nadie con cualquier pequeño recurso.

La voz trabajada, segura y fresca de Joana Gomila, conocida por su proyecto Folk Souvenir, también dejó impronta en el escenario y platea del teatro. Muy aplaudida, ejecutó algunos temas con los que demostró su poderío mediante acrobacias vocales al alcance de unos pocos.

Igual de aplaudidos y firmes en escena se mostraron el menorquín Leonmanso; Miquel Serra; el virtuoso del llaüt Toni Pastor -el primero en aparecer en escena-; y el siempre indómito Albert Pla en una noche que arrancó con Hipotèrmia y acabó ardiente y festiva.