-¿Qué le llevó a subirse a un escenario como el de La Voz Senior

-Mi profesora de canto, Lili Pereiro. He pasado toda mi vida trabajando pero la música siempre ha estado presente en mi vida. Ella me ha hecho confiar en el carisma, en la sensibilidad, en el instrumento vocal, elementos que convierten a alguien en un gran artista.

-¿Cuándo supo que su vida pasaba por la música?

-Desde muy joven supe que podía conectar con la gente con la voz, transmitir. Si no me dediqué antes a la música fue por la muerte de mi padre, cuando yo contaba 18 años. Tuve que ponerme al frente de todo y no se puede compaginar el mundo de los negocios (dirijo una empresa de coches de alquiler) con el de la noche. Mi profesora, Lili, con la que llevo dos años, ha sido una terapeuta emocional. Alguien como ella abre corazones, mentes y sentimientos. Gracias a sus clases he llegado a registros, tantos graves como agudos, que no sabía que poseía.

-¿Qué define su actitud ante la música?

-Soy un romántico empedernido, demasiado sentimental. Mis canciones beben del cancionero de Sinatra y Elvis.

-¿Cómo ha encajado su familia su entrada en el mundo de los concursos de televisión?

- Mi hija Mar Aguiló, bailarina de la Compañía Nacional de Danza, fue determinante en mi decisión. Con ella siempre he tenido una relación inmejorable. Jamás hemos discutido. Nos adoramos y me ha apoyado al cien por cien. Me aconsejó: "Intenta ser lo más honrado posible".

-¿Y su otro hijo?

-Agustín también me ha apoyado totalmente. Es una de las mejores personas que he conocido en mi vida. Me puedo morir tranquilo sabiendo que tengo dos hijos como ellos. Nunca me fallarán.

-La familia Aguiló, sinónimo de buena música.

-Tanto Miquel Àngel Aguiló, como los otros dos agustines de la familia, el violinista de la Simfònica y el pianista, y también Francesc, el contrabajo, siempre me han apoyado para que me dedicara a la canción. Ahora soy yo quien ejerce de padrino y les digo que haremos un disco.

-¿Qué puede adelantar de ese disco?

-Me gustaría que comenzara con Qui reste-t-il de nos amour de Charles Trénet, en la versión inglesa, I wish you love. Incluiría seis canciones francesas, otras tantas italianas y boleros de traiciones amorosas, y una frase: "La música es medicina de la mente".

-Usted se define como un "abueloscente", ¿la música rejuvenece?

-Sí, y te transporta a olores de antaño, situaciones, momentos... Junto con el ballet, es el arte más auténtico. Cuando alguien le canta al amor, desamor, corazones rotos o traición, cosas que todos hemos vivido, si lo hace desde la sensibilidad más absoluta te entra muy adentro.

-¿Qué le ha enseñado una experiencia como la vivida en Antena 3 Televisión?

-Yo siempre he sido un superviviente y no es la primera vez que me tiro a una piscina con tan poca agua.

-¿Le dolió que ningún coach

- En absoluto. No fui a La Voz ni a ganar ni a perder, sino a aprender. Mis sentimientos estaban muy lejos de allí. Cuando cantaba pensaba en otras cosas, en ningún momento pensé en que me examinaban.

- De poder elegir, ¿con qué coach

- Con la rubia, la que está mejor de los cuatro.

- El amor mueve su repertorio, ¿le ha tratado bien en la vida?

R Me ha tratado bien, sí. Mi vida ha sido como un electrocardiograma, de arriba a abajo y de abajo a arriba. Soy un inconformista por naturaleza.

-¿Qué sintió segundos antes de pisar el plató?

- Por mi cabeza pasó un pensamiento muy privado que me hizo esforzar y me ayudó a que saliese mi voz. En ningún momento sentí miedo escénico, sabía que tenía que flotar, nadar con la voz.

- ¿Por qué eligió una canción como You are the sunshine of my life

- En realidad elegí Fly me to the moon de Sinatra, pensando que era la más apropiada para mis registros vocales, pero el productor del programa quiso que fuera la de Stevie Wonder.

-¿Le gustó su actuación?

-Nunca me gusto lo suficiente. Hubiera pagado por poder repetir mi actuación.

-¿Volveremos a verle en televisión?

-Sí, y esta vez me prepararé. Cuidaré y estudiaré la canción.