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Crítica de cine

Sombra(s)

Las intrigas políticas presentes, pasadas o atemporales (verbigracia la atronadora Juego de tronos) son un filón inagotable para la ficción de todos los géneros y formatos. Sombra está ambientada en la época en que China estuvo más fragmentada, con cabecillas de taifas más adictos a la guerra que al amor. El título, la premisa argumental, alude a un guerrero que se hace pasar por otro y acaba asimilando su personalidad. Igual que el Kagemusha de Kurosawa; con la diferencia de que el suplantado está escondido de sus enemigos y también de su propio rey.

Añade esta película una trama amorosa, muy melodramática y a la vez interesante. La diferencia de edad entre los dos guerreros (diez años, a ojo) permite desarrollar la atracción de la mujer por el más joven y recordar lo que le une, afición a la música, cariño, deseo común de venganza, al mayor. Esa trama y los duelos guerreros sobre símbolos del yin y yang, una lanza coronada con machete frente a un paraguas compuesto por decenas de dagas, más la fotografía en variados tonos de gris, son lo mejor de la película. Lo malo es que se difuminan con el mayor peso de la trama política, confusa, maniquea, y trufada de giros dramáticos que marean y resquebrajan, falsean a los personajes. Abreviado: Si Sombra la firmara un director novel se calificaría como prometedor inicio. Rubricada por Zhang Yimou es una imperfecta doble sombra de su Héroe, el citado Kagemusha; y muestra solo una sombra del talento de Yimou. ¿Efectos de la edad, la rutina o borrón puntual en su carrera? Película entretenida, sin más.

Sombra

***

Nacionalidad: China, 116 min.

Director: Zhang Yimou.

Actores: Chao Deng, Li Sun, Ryan Zheng, Qinyuan Wang. Cines: Augusta

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