El colectivo de danza-teatro Peeping Tom, dirigido por el francés Franck Chartier (Roanne, 1967) y la argentina Gabriela Carrizo (Córdoba, 1970), desembarca en Mallorca, donde se estrenarán en el Teatre Principal este sábado con Kind (Niño), una mirada cruda y emocionada hacia la infancia que pretende mostrar cómo los niños perciben el mundo a través de sus miedos y sus deseos.

"Queremos que el espectador salga del teatro sintiendo ese niño que todos llevamos dentro", confesó ayer en el Principal Franck Chartier.

El director de Kind (Niño), obra que cierra la trilogía dedicada a la familia que completan los títulos Vader (Padre) y Moeder (Madre), señaló que se trata de una pieza, "no recomendada para menores de 12 años", que ahonda "en los fantasmas, en los traumas que anidan en las familias a causa de la violencia, tanto perversa como natural, o de un abuso sexual".

Durante el proceso de creación de esta obra, Peeping Tom trabajó con distintos niños para levantar un espectáculo que busca tanto la seducción como la sacudida en el espectador. Algo que logra con una puesta en escena que se alimenta del hiperrealismo y con un afán por "hacer zoom dentro de la cabeza del personaje, mediante los efectos del sonido y la luz. Nos gusta transitar en el borde entre lo hiperrealista y el ámbito de la imaginación", subrayó.

Como compañía de baile, Peeping Tom está interesada, según su director y cofundador, "en el virtuosismo en el movimiento, ese sitio en el que nunca antes hemos estado".