La Cubana se reencontrará con el público mallorquín, trece años después de su última visita, con Adiós Arturo, obra en la que la histórica compañía catalana despliega sus dotes interpretativas a través de "paripés, fiestas, bodas, bautizos, comuniones y entierros" y con la que aborda un tema común en todos sus espectáculos, "el teatro de la vida", ha apuntado hoy en Palma el director y guionista Jordi Milán.

Adiós Arturo permanecerá un mes en la cartelera del Auditòrium, del 3 al 28 de julio, tras más de 200 funciones y 190.000 espectadores fruto de una gira que, desde su estreno en mayo de 2018 en el Teatro Olympia, les ha llevado por todo el territorio nacional, de Canarias a Vitoria, y de Cáceres a Palma, ciudad con la que La Cubana mantiene una relación "curiosa y estrecha" que se remonta a espectáculos como Cubana's Delikatessen, representada en las fiestas de Sant Sebatià en 1985, o Cómeme el Coco, negro, con el que le dieron la vuelta al Auditòrium, con el público en medio del escenario, víctima de la sorpresa.

"Sin locura no hay creación, no hay arte", y más en estos tiempos "comprimidos y políticamente correctos. Falta locura", subrayó Milán en el transcurso de un encuentro con la prensa celebrado en Can Balaguer.

"Los jóvenes de hoy -añadió- están mejor preparados que cuando nosotros empezamos en los 80, unos años en los que todos teníamos ganas de desnudarnos y hacer locuras. Si La Cubana empezara hoy no existiría. Hoy se hacen cosas estupendas pero no logran salir de los garajes de papá".

Con el deseo de conquistar a todos los públicos, pero en especial "a la gente más joven", la compañía catalana ha aliñado este Adiós Arturo con su salsa "cubanera", es decir, con mucho humor, sorpresas, participación del público y música. "Nosotros ni cantamos bien ni bailamos bien. Utilizamos el arte del disimulo", bromeó el director, cofundador de La Cubana junto a Vicky Plana en 1980.

Interpretado por Jaume Baucis, Xavi Tena, Toni Torres, Nuria Benet, Àlex Gonzàlez, Babeth Ripoll, Montse Amat, Toni Sans, Edu Ferrés y Virginia Melgar, el nuevo espectáculo de La Cubana descubrirá a Arturo Cirera Mompou, "el polifacético artista conocido internacionalmente, nacido en Palma en 1918 cuando su padre de origen catalán ejercía de médico de cabecera en la ciudad", subrayan desde la compañía.

Un personaje, de ficción, que será descubierto a través de un vocabulario "incorrecto, el de la calle, el que más nos gusta", persiguiendo un único fin: la risa. "Queremos hacer pensar a partir de la risa", expresan los 'cubaneros'.

Que nadie espere experimentos ni novedades con lo nuevo de estos catalanes de largo recorrido. "Para mí todos nuestros espectáculos son iguales. Nos repetimos como los loros", un ave que, por cierto, estará presente sobre el escenario.

"Nuestra musa siempre es la misma y es un rico pozo sin fondo: el teatro que hacemos en nuestra vida cotidiana y pasa inadvertido como teatro; ese teatro que hay en la calle, en los mercados, en nuestros trabajos, en la familia, con nuestras amistades", señala La Cubana.

"La nuestra es una manera muy artesanal de hacer teatro, con espectáculos muy cuidados", apostilló Milán, quien reconoció una "diferencia" respecto a anteriores montajes: "La construcción del espectáculo es distinta, un poco rara, ya que en lugar de planteamiento, nudo y desenlace seguimos la estructura de nudo, desenlace y planteamiento. Es un espectáculo al revés, como un calcetín girado".