Este pasado marzo Mayte Martín cantaba las canciones del disco alCANTARa Manuel en un escenario, como lleva haciendo desde que se publicó el trabajo (2009) al menos una vez al año. A mediados de abril, día 17, falleció Manuel Alcántara, poeta y columnista malagueño, autor de los poemas a los que la cantaora barcelonesa puso música. El jueves estará en el Teatre Principal (20 h.) para homenajearle, recordarle y llorarle entonando sus versos, de los que hace más de diez años que Mayte Marín se enamoró.

P ¿Qué siente al cantar a Manuel Alcántara ahora que ya no está?

R No lo sé, porque será la primera vez que lo cante desde que no está. La obra fue creada en un momento de mi vida muy especial y particular, durante la enfermedad y muerte de mi mamá, así que a toda esta carga emocional se va a unir la muerte del poeta, de quien me prestó las palabras para poder manifestar a través de la música mi despedida, mi duelo y mi dolor.

P ¿Cuál es el imaginario de Al cantar a Manuel y, por ende, de la poesía de Alcántara que se encontrará el público el jueves?

R Va a servir un poco de homenaje al poeta, es lo que quiero. Que sea una despedida y un agradecimiento a Manuel. Que podamos recordar sus poemas, cantarlos y llorarlos en su ausencia. Manuel ha sido un poeta grande grande de este país, a la altura de poetas que se tienen en mucha consideración. Es curioso que a él se le haya conocido como columnista y, en cambio, su poesía haya pasado desapercibida para mucha gente. Una de las cosas más hermosas de esta obra es que hay gente que ha conocido su faceta como poeta gracias a ella.

P ¿Qué pierde España con la muerte de Alcántara?

R Qué pierde el mundo. A un gran poeta a la altura de sus coetáneos y contemporáneos, esos de los que todo el mundo habla y homenajea. Su poesía tiene un nivel y una altura que nada tiene que envidiarle a la de Lorca.

P Hace unos años confesó haberse sentido sola en esta profesión. ¿Cómo se siente ahora?

R No sé si sola es la palabra. Tengo mi pequeño reducto, mi pequeño oasis al que se van sumando gentes que descubren mi música, mi filosofía, mi manera de moverme y de entender el arte y la vida. Es un micromundo que va creciendo, aunque esté un poco escondido y funcione paralelamente a lo llamado comercial. En esta parte más desconocida no nos movemos por lo que toca hacer, ni por el dinero, ni por lo que nos conviene hacer para ser más visibles. Nos movemos por impulsos, por principios, porque manda la obra, por honestidad. Es difícil que el público llegue a este sitio, porque a lo que se le da luz es a lo otro, a lo que la industria tiene intención de que venda. En mi pequeño mundo se suman fieles, es como una religión. Así lo siento yo.

P ¿Utilizamos la palabra arte muy a la ligera?

R Absolutamente. De hecho, ha perdido ya su sentido, porque le llaman arte al ocio. Habría que hacer una distinción urgente entre el arte y el divertimento. El divertimento es para que la gente se distraiga, el arte es para que la gente no se distraiga, para que se encuentre con su pozo, sus profundidades, su yo más interno. El divertimento es lo contrario, es una huida; el arte, un encuentro. Cualquiera que sale al escenario a hacer cualquier cosa es un artista. Y ahora todos los que hacen alguna chorrada que nadie se ha atrevido a hacer antes son transgresores, revolucionarios y renovadores del arte.

P ¿Son buenos tiempos para la libertad creativa o existe una necesidad imperiosa de gustar, y se crea solo con esa finalidad?

R La segunda parte de la pregunta es la correcta. Hay una desconexión del artista consigo mismo, de su verdad, de su voz interna. Escucha las voces de fuera y hace lo que tiene que hacer para vender discos, tener conciertos, el mejor mánager y estar en la discográfica más poderosa.

P ¿Y cuando se convierte en negocio, deja ser arte?

R Absolutamente.

P Lleva unos treinta años en el mundo de la música y el flamenco. ¿Qué le ha enseñado el paso del tiempo?

R El paso del tiempo no me ha enseñado, me ha confirmado. Yo soy una persona muy intuitiva, me muevo por los dictados del corazón, y el tiempo me ha confirmado que este es el camino correcto. Mi intuición es la que me enseña, y lo que pasa a mi alrededor me confirma que para que una persona sea honesta en su persona y en su vida, ha de hacer las cosas por amor y para nada. Eso lo decía mi madre. Una sabia.

P ¿Cuando compone, desde dónde lo hace?

R Desde mis vivencias, profundidades. Desde mi intimidad más íntima. Lo que hago es un acto de exhibición de mis intimidades. Cuando compongo o me subo al escenario es como abrir las puertas de mi casa, mi sentir, mi corazón. No hago nunca nada pensando en llegar a más o menos gente, busco compartir mi verdad con la gente que quiere que la comparta.

P¿Qué le da el escenario?

R La inmensa fortuna de ver que hago feliz a gente siendo quien soy.

P Una de las canciones de alCANTARa Manuel es No pensar nunca en la muerte, que reza "y morirme de repente, el día menos pensado". ¿Usted piensa en ese día?

R Sí. A menudo. Y a medida que me voy haciendo mayor, claro, van desapareciendo personas cercanas y eso te hace tomar consciencia de la muerte. Cuando se te muere la mamá, la muerte toma otro sentido y deja de ser una cosa abstracta, para a formar parte de tu consciencia, se convierte en algo...

P ¿Casi físico, aunque no haya nada?

R Totalmente.

P ¿Tuvo miedo, cuando decidió que quería dedicarse a la música?

R Sí, claro. Fue un miedo a todo lo que yo intuía y un poco veía, a estos comportamientos inmorales que hay alrededor de la industria de la música. Yo que soy una persona honesta y de principios me di cuenta de que tendría que nadar contracorriente y pagar muchos peajes, y muy caros, y de que me iba a salir cara la libertad. Una vez más mi madre me sacó de ahí y disipó todas mis dudas cuando me dijo que yo tenía un don, y que tenía la obligación moral de compartirlo con el mundo.

P ¿Le han machacado más o se ha machacado usted misma?

R La palabra no es machacar. Yo soy muy exigente. Tengo un profundo respeto por mi trabajo, por la música, por los creadores a los que recreo, por el público. Jamás ofrezco una cosa que yo no considere excelente en la medida que yo pueda ofrecer la excelencia. Siempre busco la perfección.

P De Barcelona, paya y enamorada del flamenco. ¿Cuánto se parece Rosalía a usted?

R Nada, en nada. Absolutamente en nada. En estas tres cosas que no son en absoluto significativas en ningún sentido. Lo significativo son otras cosas.