Tiene 81 años y las ganas y la ilusión intactas por dibujar. Joan Escandell (Eivissa, 1937) coge el lápiz todos los días para continuar haciendo lo que le gusta: contar historias. Las tres últimas las presenta esta tarde, a las 19 horas, en Can Balaguer, acompañado por el director del IEB Xisco Rotger.

Días oscuros, con guión de Lluís Ferrer, es la adaptación de una novela. "Trata sobre un hecho real que tuvo lugar en Eivissa. Un avión alemán cayó sobre la isla en la Segunda Guerra Mundial. Un alemán se enamoró de una payesa y empezaron a pasar cosas", desvela.

Escandell tiene un estilo de dibujo realista que ha ido puliendo y mejorando a lo largo de las décadas. Uno de los puntos de inflexión en su carrera fue su etapa como freelance en Walt Disney. "Dibujé a Mickey Mouse para Alemania y todas las historias clásicas de la casa: Caperucita, Tarzán, Hércules, etc.", enumera. "Tener que circunscribirme a unas instrucciones muy precisas y a unas medidas muy exactas me enseñó a controlarme y a ir más poco a poco", confiesa. "Se enriqueció mi manera de dibujar y de trabajar", agrega.

Los otros cómics que presentará, editados por Apache y que cuentan con el apoyo del IEB, son una biografía sobre Charles Darwin, personaje y pensador que le apasiona, e Història d'Eivissa i Formentera, proyecto que al fin ha visto la luz después de diez años de lucha. "Las instituciones ibicencas dijeron que les interesaba y han estado una década diciéndonos que esperáramos. Al final nos ha apoyado el Institut d'Estudis Baleàrics y lo ha editado en catalán esta editorial madrileña", apunta.

Escandell proviene de una época en que los dibujantes no percibían emolumentos en concepto de derechos de autor. "No existían simplemente", atestigua. Con 21 años, empezó en la mítica Bruguera, donde dibujó al Capitán Trueno, al Sargento Furia o las Joyas Literarias Juveniles. "No tengo ningún original, los teníamos que entregar. Sí conservo alguna fotocopia", asegura. La censura era en aquellos años peor que un jefe o jefa caprichoso. "De repente, tenías que modificar cosas absurdas como abrir el puño de un personaje porque lo identificaban con el gesto comunista", ejemplifica. "Al principio, cuando estuve en la redacción de Bruguera, me tocó retocar los dibujos de muchos autores que venían de fuera. Rellenaba los bikinis: los hacía de cuerpo entero y con faldilla", evoca.

A sus 81 años, guarda seis proyectos recientes en un cajón: Costumbres y tradiciones de Ibiza y Formentera, Trilogía de los sueños o Sentimientos, entre otros.