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"Soy una depredadora de la realidad"

La escritora bestseller indaga en la capacidad de manipular en una apasionante historia que se desarrolla en África, en Mombasa, una región de Kenia

Clara Sánchez presenta nueva novela.. fernando bustamante

Se ríe cuando escucha la palabra manipuladora. Pero no la rechaza. Sabe que su nombre se asocia a historias que tienen que ver con ello. Clara Sánchez publica El amante silencioso (Planeta), en el fondo, una reflexión en torno a la manipulación.

P ¿Podría vivir sin el móvil?

R Pues ahora no, fíjate. Podría, pero si los demás no tuvieran. Soy una esclava del móvil pero sin que me guste mucho.

P ¿Nada es lo que parece?

R Nada es lo que parece y nosotros no somos lo que parecemos; esa es la corriente que atraviesa todas mis novelas y en El amante silencioso se agudiza mucho más porque es una novela asentada en la intriga y el engaño. El mundo es como una caja de muñecas rusas y dentro de una cosa hay otra y otra..., así somos los seres humanos. ¿Recuerdas la puertecita entreabierta del cuadro de las Meninas?, pues así veo yo la vida. Siempre hay una puerta por la que indagar.

P Ah, por eso siempre invita al lector a escarbar y es en ese proceso en el que lo atrapa.

R Sí, eso es lo que intento. La vida es un pozo sin fondo. Me siento muy influida por Hitchcock, él decía "la tensión, si hay una bomba debajo de una mesa, no está en que esa bomba explote, sino en que el espectador sepa que ahí hay una bomba". Así veo yo la vida. La tensión es la que genera la sensación de angustia vital.

P En Lo que esconde tu nombre habla de la memoria y la culpa, en Entra en mi vida de los bebés robados, en El cielo ha vuelto de la búsqueda de la verdad y ahora en Lo que esconde tu nombreEntra en mi vidaEl cielo ha vuelto El amante silencioso

R No sabría decir. La novela va sobre la manipulación y la secta es el pretexto para hablar de lo que me interesa que es que la capacidad humana de manipularnos los unos a los otros.

P La familia, el trabajo... ¿la vida es una secta?

R Estamos saturados de microsectas. Cuando escribí Entra en mi vida hablaba, más allá de los bebés robados, de la manipulación de los padres sobre los hijos y los hijos sobre los padres, en esta novela está muy presente la pareja y el poder de uno sobre otro. En el fondo, los personajes se mueven por amor y llega hasta ahí por amor.

P Al final, el mundo se divide entre manipuladores y manipulados.

R Pero los roles también pueden cambiar, porque Isabel, a la que encargan ir a rescatar a Ezequiel también se convierte en manipuladora porque su cometido es introducirse en la mente y el corazón de Ezequiel.

P Es muy interesante el sentimiento de culpa de Isabel.

R Porque ella acepta el encargo porque tiene un sentimiento de culpa por la muerte de su hermano que también había sido captado por una secta. A veces no hacemos todo lo que podemos. Yo tuve esa sensación cuando mi madre enfermó y todavía arrastro ese sentimiento. Pienso en por qué no reaccioné cuando ella se mareó, por qué no la llevé al médico y ese sentimiento de no haber estado lista es parecido al que arrastra Isabel.

P Usted, permítame, es una gran manipuladora de la realidad.

R Cuando escribo me convierto en una manipuladora total. En la realidad no soy muy avispada, sobre todo porque me guio por la intuición. Cuando he intentado manipular y ser estratega, me he dado cuenta de que el otro es más listo.

P Somos marionetas.

R Todos estiran de nosotros. Nos intentan convencer por todas partes y sobre todo ahora que estamos en campaña. ¡Madre mía!. Los políticos luchan por ver quien hila más fino para darnos lo que queremos oír, pero también pasa cuando vas a un banco y te quieren convencer de que inviertas en un fondo o otro. .

P Y siendo así ¿no sintió miedo al adentrarse en el mundo de las sectas?

R Siento miedo en mi vida normal al ver cómo nos llevan al huerto. Respecto a las sectas, conozco una familia que lo ha sufrido y es un drama silencioso y silenciado que hace sufrir muchísimo a la gente.

P ¿Por qué la trama se sitúa en Mombasa en Kenia?

R Hace cinco años viajé hasta allí y me fascinó ese mundo de olores y sabores tan complejo.

P ¿Cuánto le cuesta recuperarse y readaptarse a la realidad tras escribir un libro?

R Me cuesta sí, hasta que encuentro el tono de la siguiente...

P¿Vuelca todas las enseñanzas de su día a día en sus personajes?

R En el fondo sí. Los escritores somos como depredadores de la realidad porque vamos cogiendo de todo y todo nos sirve. Me encantan las pequeñas cosas porque son las que le dan chicha a la historia y la hacen jugosa. Una novela tiene que tener jugo y que puedas [hace el gesto de exprimir] y salga el jugo del limón.

P ¿Con qué sensación quiere que se quede el lector?

R Escribo para entretener y que la gente se sienta bien.

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