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Entrevista

Jorge Drexler: "Tratamos a la naturaleza como un simio trata a una empresa"

"Yo no escribo mucho pero una vez cada dos años me junto conmigo mismo para ver lo que pasa dentro de mí"

Jorge Drexler, durante una de sus últimas actuaciones.

P De su primer cedé vendió 33 copias, ¿cuántos lleva de su último disco?

R No lo sé. Desde que vendí 33 copias he sido un mal vendedor de discos. Primero, porque en la época en la que todos vendían yo vendía muy poco; y cuando empezaba a vender, se derrumbó la industria.

P ¿Por qué hace discos si ya no se venden?

R Porque me gusta. Yo vivo de los conciertos y me gusta renovar mi repertorio. Vivo de hacer discos pero no directamente. El disco es un manifiesto, responde a una necesidad de decir algo. No sé si seguiré haciendo discos, pero sí seguiré haciendo canciones.

P ¿Qué le ha regalado su Salvavidas de hielo

R Aun tenía cosas por descubrir de la guitarra, sobre todo lo relativo a las percusiones hechas con este instrumento, y eso está en el disco. Un disco que también me ha regalado un montón de alegrías, y México, donde grabé parte del mismo.

P ¿Qué le llevó a agarrar la guitarra hace ya 45 años?

R Empecé estudiando piano pero lo dejé porque no conectaba en las clases ni lo incorporaba a mi vida social. La guitarra me permitió comunicarme con la gente de mi generación. El piano lo tocaba aislado en una habitación mientras que la guitarra la llevaba a la escuela, en el autobús, a los campamentos?

P ¿Qué le mantiene a flote en este mundo enfermo?

R La memoria, recordar que estábamos peor en el pasado y que hay cosas maravillosas que se han conseguido en los últimos años, como la incorporación de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad, la gran revolución de este momento.

P Tres mujeres, Mon Laferte, Julieta Venegas y Natalia Lafourcade, cantan con usted. ¿Qué buscaba en sus voces?

R Que me llevaran a lugares expresivos a los que no podía llegar solo.

P ¿Ha sentido alguna vez que todo se hundía?

R Lo he sentido en todos los discos. Con Salvavidas de hielo estuvimos a punto de abandonar, en dos ocasiones, el proyecto de hacerlo solo con guitarras y llamar a teclistas, viento y baterías. Pero perseveramos y salimos a flote. Yo no concibo un disco sin riesgo, y no concibo un riesgo real sin la sensación de hundirse de vez en cuando aunque la idea es poder volver a flote.

P Necesita el riesgo para seguir su rumbo.

R Sí, necesito el riesgo, algo que me ponga a prueba, y ponerse a prueba de verdad es exponer el proyecto a que salga mal. Evidentemente hay un grado de control del riesgo con el paso de los años pero tener controlado el riesgo no implica dejar de correrlo.

P ¿Sus canciones le sirven de salvavidas?

R Sí, definitivamente, y además como un salvavidas de hielo, que solo duran un tiempo, que no son eternas. Las canciones me mantienen a flote durante un tiempo.

P Las canciones de este disco nacieron en su sofá, no sé si un diván. ¿Se entrega a sus canciones como a un psicoanalista?

R Las canciones son herramientas de autoconocimiento. Yo no escribo mucho pero una vez cada dos años me junto conmigo mismo para ver lo que pasa dentro de mí.

P ¿Qué sensaciones le está brindando la actual gira, Silente

R Con Silente, que está en las antípodas de la anterior gira, estoy muy contento. Costó mucho pasar del formato grande al pequeño pero ya estamos a velocidad de crucero. Con Silente estoy solo en el escenario, con mucho tratamiento teatral, con un juego escenográfico y de luces muy cuidado, sin proyector ni máquina de humo, sin elementos del pop. Un concierto muy íntimo.

P De Palma

R Sí, viajo a Uruguay por lo menos tres veces al año, tanto para trabajar como para estar con mi familia y amigos.

P "Yo no soy de aquí, pero tú tampoco", canta en Movimiento

R Soy del barrio Atahualpa de Montevideo, pero el tiempo me ha ido regalando un montón de pertenencias y lugares en los que me siento en casa.

P ¿Tiene patria?

R Sí, mi lengua. "Mi patria es mi lengua", escribió Pessoa.

P ¿Es Movimiento

R Sí, pero no sé si me harán caso. Está escrita con esa finalidad. Basta con hacerse un examen genético para darse cuenta que venimos de muchísimos lados, y que además somos recién llegados, no importa el lugar en el que estemos. Es muy poco el tiempo que hace que salimos de África.

P ¿Siguió la noche electoral?

R En parte, porque tenía concierto, así que dejé la noche electoral a la mitad de los resultados.

P Ahora que los conoce, ¿qué conclusiones extrae?

R Yo me crié en dictadura, durante once años, así que un ejercicio electoral es un privilegio que no hay que olvidar. Votar es importantísimo. Lamentablemente yo no voto en España, porque no tengo la ciudadanía española, pero acompañé a mi mujer y lo hicimos en familia, porque lo considero un acto cívico capital y quería que mis hijos lo vieran, por primera vez. Estoy contento con el resultado de las elecciones.

P ¿Le inquietaba una posible victoria de la derecha?

R Me cuesta creer en las diferenciaciones entre derecha y izquierda. No me gustan los populismos y tengo mucho cuidado con la palabra nacionalismo. Tiendo a ampliar mis círculos empáticos y a no creer en los cuentos de malos malos y buenos buenos. Todo es más complejo. Pero también me gusta y estoy contento con el avance en los derechos civiles y la inclusión de determinados grupos en este sentido.

P El cambio climático parece no importar en exceso a los gobernantes. ¿ Despedir a los glaciares

R En cierta manera, sí, pero desde la afectividad, poniendo a la naturaleza en el lugar de un ser querido, la mejor manera de entenderla. Somos una especie negadora, somos conscientes de nuestra propia existencia y por tanto también de nuestro propio fin, así que tenemos que aprender a vivir negando que vamos a morir en un momento y de esa manera podemos mirar hacia otro lado mientras pedimos una bolsa de plástico en un supermercado. Uno de los talones de Aquiles de nuestra democracia viene dado por el hecho de elegir gobernantes solo por cuatro años, porque así solo se obsesionan en proyectos que no exceden esos cuatro años. La ecología tendría que pensarse con vistas a 50 años. Nadie tiene la valentía de tomar una decisión impopular ahora para que se beneficie quién sabe qué partido dentro de 50 años. Tratamos a la naturaleza como un simio trata a una empresa.

P "Pasemos a la siguiente pregunta", diría su colega y mentor Sabina. ¿Por qué ahora, 22 diciembres después, un agradecimiento en forma de canción a la leyenda de Jerez?

R No tenía en mente la canción, me di cuenta en el momento de escribirla. Ahí advertí que nunca había escrito una canción para Joaquín. Tendría que haberlo hecho antes pero las canciones no vienen cuando uno quiere sino cuando quieren ellas.

P ¿Puede confesar cuál fue la primera reacción de Sabina al escucharla?

R Yo empecé a escribirla a las once de la mañana y a las 13.30 Sabina la tenía en su WhatsApp. Su reacción fue rápida y muy linda, amorosa.

P ¿Por dónde le atrapó Sabina, la primera vez que le vio en directo?

R Nunca había visto a nadie escribir textos en castellano como él.

P ¿Tampoco tenía rival en la noche?

R Hoy tiene muchos rivales en la noche. Hace ya muchos años que la noche y los bares dejaron de ser su territorio natural. Hoy en día es el más casero de todos. Eso es como aquel que va a ver a Tom Waits y le lleva una botella de Bourbon, bebida con la que desayunaba.

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