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Crítica de cine

Zona de confort

Lo de menos (pillería de una megacorporación audiovisual) es que el argumento de esta película sea original de unos italianos y se adapte enseguida en España. Lo hizo Álex de la Iglesia con Perfectos desconocidos y sacó toda la punta que ofrecía la sinopsis. Lo dejo cuando quiera parte de una premisa cómica más ramplona y no se aprecia esfuerzo por levantarla. Pedro (David Verdaguer) es un profesor de química explotado por su rector y despreciado por su futura exmujer (Amaia Salamanca). En un tenso encuentro ella le incita a que salga de su zona de confort, que se replantee sin miedo su futuro. De perdidos al río, Pedro, junto con dos amigos igual de fracasados (Arturo/Ernesto Sevilla y Eligio/Carlos Santos) hacen un Breaking bad, con la ayuda posterior de un inescrupuloso empresario de la noche (Alterio).

Copiar el argumento de la exitosa serie norteamericana no es malo en sí; no es un filón exclusivo ni arrasado. Ligar la creación de drogas de diseño con una problemática social (el subempleo de muchos licenciados) se antoja más oportunista. Hay inverosilimitudes (como mantener el laboratorio en la universidad) que dan pie después a gags con escasa gracia, y personajes desaprovechados como la mujer policía y su hija. En el reparto solo destaca Alterio (bastante inspirado en Pocholo Martínez-Bordiu); blandos los narcos a tiempo parcial, algo mejor las mujeres. Breaking bad sí rompió moldes y arriesgó. Lo dejo cuando quieras se pone a rebufo en modo comedia. Sin profundizar en las desigualdades del mercado de trabajo, sin mencionar ni de pasada los peligros de la droga, sin salir nunca de su zona de confort.

Lo dejo cuando quiera

**

Nacionalidad: España, 98 min.

Director: Carlos Theron

Actores: David Verdaguer, Ernesto Sevilla, Carlos Santos, Amaia Salamanca

Cines: Augusta, Ocimax, Artesiete Fan, Cinesa Festival Park, Multicines Manacor

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