Diario de Mallorca

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Crítica de cine

El desorden establecido

El suplemento Bellver de este diario tiene una columna semanal titulada Qué es la cultura, donde colaboradores e invitados reflexionan sobre esa nada sencilla pregunta. Olivier Assayas hace eso mismo en Dobles vidas. Assayas (Carlos), un cineasta discreto, ecléctico e irregular, busca aquí el formato más sencillo, emulando al Woody Allen de Delitos y faltas o Maridos y mujeres con ecos adicionales de Rohmer, Koreeda o Chang-dong Lee.

El guion mezcla dos elementos en apariencia poco compatibles, un largo debate sobre el estado de la cultura y una comedia de enredos amorosos. Los personajes son un comedido yuppie, dirigente de una editorial (Canet), un escritor semifracasado y narcisista (Macaigne), una actriz de series policíacas (Binoche), la ayudante de un político y una joven experta en nuevas tecnologías. Los diálogos son densos y a ritmo de ametralladora descarriada. Arrancan diseccionando las incertidumbres, las debilidades y oportunidades del sector editorial en el presente siglo; pasan a la cuestión de si se está creando una nueva cultura con los tuits y mensajes cortos, al ego de los artistas, a si la cultura gratis (o casi) es más democrática y al desencanto con los políticos. Entre medias, las infidelidades, breves referencias a paternidades, la escapada final a Mallorca o incluso el guiño equivalente a una cuarta pared nos recuerdan que los personajes son muy humanos, como los espectadores que les contemplamos. Los actores están muy sueltos, lógico con papeles tan reconocibles. La cita de El Gatopardo está más sobada y vigente que nunca. ¿El mundo -el siglo XXI- está loco, loco, loco o solo nos lo parece a los que hemos superado la cuarentena o más?

Dobles vidas

****

Nacionalidad: Francia, 108 min.

Director: Olivier Assayas

Actores: Guillaume Canet, Julliete Binoche, Vincent Macaigne, Christa Theret

Cines: Augusta, CineCiutat

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