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Entrevista

Alba Brunet: "Entrar en 'Acacias 38' fue cumplir un sueño, me sentí la más afortunada"

La actriz palmesana cuenta cómo fue la despedida de su personaje de la ficción de RTVE, Leonor

Alba Brunet. sergio lardiez

En el capítulo 960 de la serie Acacias 38, Alba Brunet (Palma, 1993) se despidió del personaje que ha habitado estos últimos cuatro años, desde que se estrenara en 2015. Cuenta que, después de cuatro años de trabajo estable y frenético, ya se planteaba si quería seguir en la serie o probar suerte en otros proyectos. No obstante, no tuvo que darle muchas vueltas a la decisión, pues fue la misma dirección de la serie la que decidió que el camino de su personaje -y de muchos otros- acababa.

P Hace casi dos meses que el personaje de Leonor se despidió de la serie, aunque ya hace más tiempo que usted se despidió de ella. ¿Es un adiós definitivo?

R Fue una decisión de la serie. Coincidió con un salto de diez años en la ficción. La productora decidió apostar por los cambios, aunque estos conservan la marca de Acacias. Como el personaje de Leonor no muere, sino que se va a Portugal, no se sabe si es definitivo. Siempre puede haber una excusa para volver si la trama lo requiere. Yo me lo tomo como que es definitivo.

P ¿Cómo recibió la noticia de que Leonor se marchaba?

R El choque inicial fue muy heavy, no me lo esperaba. Fue impactante, después de cuatro años. También es verdad que yo, como Alba, me estaba planteando si quería seguir o no en la serie, si necesitaba hacer otras cosas, si tenía más inquietudes. Una serie diaria es un trabajo que te da mucha estabilidad, profesional y económica, pero estaba haciendo balance y justo lo decidieron ellos. Así que tampoco fue tan malo. Pero sí que cuando te dan la noticia y no te lo esperas, te afecta, porque el cambio es enorme. De repente tuve que plantearme dónde vivir, qué me interesaba más. Una vez superado este primer impacto, vuelve la ilusión de tener tiempo para mí, para viajar, cuidarme, leer, descansar... Así he encarado estos primeros meses. Una serie diaria requiere mucho tiempo.

P Siempre se escucha decir que es la mejor escuela para los intérpretes.

R Estoy de acuerdo. He grabado, no sé, ¿más de 3.000 secuencias? No tengo la cifra exacta, pero son muchísimas. En cada una de ellas pensaba qué podía trabajar o mejorar, dónde tenía la tensión. Los primeros capítulos me los miraba mucho para ver qué corregir. Es cierto que es una gran escuela. Aprendes a ser resolutiva, porque los ritmos están muy marcados y son muy intensos.

P ¿Cómo llegó a Acacias 38?

R El productor de la serie vio un vídeo mío en la red buscando información sobre otro compañero. En el vídeo no salía mi nombre, pero le gustó y dijo que quería que yo fuera quien hiciera el personaje de Leonor. Así que empezó a investigar para encontrarme. Se puso en contacto con mi representante e hice la prueba para el personaje, una prueba que no hizo nadie más. Fue un golpe de suerte.

P ¿Cómo afrontó, en ese momento, el hecho de colarse cada mediodía en el comedor de tanta gente?

R No eres consciente de ello, es algo muy fuerte. Yo estaba en un momento emocional complicado, y que me dieran la serie implicaba muchas cosas nuevas y me llenó de ilusión. Me sentía la mujer más afortunada del mundo. Era como cumplir un sueño, nunca me hubiera imaginado llegar ahí. Después de cuatro años ya te lo tomas de otra manera, es parte de tu rutina.

P ¿Se ha sentido apoyada por la audiencia?

R Muchísimo. Sobre todo los primeros años con la historia de amor con Pablo -interpretado por Carlos Serrano-Clark-. Creo que esa trama eclipsó mucho a la audiencia y me sentí muy apoyada. Además, tengo que decir que no he tenido ningún hater en la red. Nunca he leído un comentario que sea negativo o despectivo. Estoy agradecida por ello.

P Sus primeras clases de interpretación las recibió en el Teatre Sans, en Palma. Pero, ¿en qué momento decide que quiere aprender esta profesión?

R Siempre lo digo: cuando vi la primera película de Harry Potter. Mi sueño era poder hacer lo que no se podía hacer en la vida real. Al ver esa película tan mágica entendí que lo que yo quería se podía hacer a través de la ficción. Se lo dije a mi madre, y me apuntó al Sans, donde entendí lo que era el teatro desde otro punto de vista. Muy rápido me convertí en una aficionada absoluta y no quise dejarlo de ninguna manera. Finalmente estudié Arte Dramático en el Institut del Teatre de Barcelona.

P Ya lleva unos siete años fuera de la isla. ¿Le gustaría trabajar en Mallorca?

R Sí, tengo el gusanillo. Al final, Balears es mi tierra y ojalá pudiera trabajar con mi lengua materna. Me encantaría hacer teatro, aunque es cierto que una vez empiezas con el audiovisual, lo que más se mueve a tu alrededor es en relación a ese formato. Y en teatro, si no estás dentro del círculo cuesta un poco más acceder a él... Pero la ilusión está ahí y estoy segura de que llegará el momento.

P ¿Puede adelantar algún proyecto que tenga en marcha?

R Ahora estoy en uno de esos momentos en que me muevo según el trabajo. Vivo entre Madrid, Barcelona y Mallorca. De momento, tengo en marcha un proyecto pero no estoy autorizada para contarlo, aunque sí que puedo decir que es en las islas. Es algo que me entusiasma, porque como he dicho tenía el gusanillo de trabajar en casa. Si todo va como toca, muy pronto tendréis noticias, seguro.

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