El Teatre Sans celebra sus 35 años de existencia, con Brossa en cartelera y con “optimismo” en su seno. “Después de años muy difíciles parece que vuelve a resurgir el público, crece el presupuesto y baja el IVA”, señala el director Pere M. Mestre, responsable de Estudi Zero, la compañía que da vida a este teatro palmesano.

“Llegar hasta donde hemos llegado nos da ánimos tras años de resistencia. 2011, 2012 y 2013 fueron muy duros. Vemos luz al final del túnel”, afirma Mestre.

Con un público muy fiel y “pocas ayudas públicas, sobre todo al principio”, el Sans vive actualmente una etapa dulce, con el teatro completamente adecuado para su funcionamiento tras una importante rehabilitación, la que se acometió entre 1999 y 2003. Unas obras que fueron posible gracias a ayudas institucionales, con un presupuesto de un millón de euros, de los cuales la mitad procedían de organismos públicos.