El mexicano Carlos Augusto Rivera Guerra (Huamantla, 1986), conocido en el campo de la música simplemente como Carlos Rivera, está de gira por España. El cantante, compositor y también actor, uno de los artistas latinos con mayor proyección internacional, cuenta con cinco discos de estudio en su producción, el último, el que presentará en Palma este viernes (Auditorium, 21 horas), titulado Guerra.

Su gira española la abrió el pasado 15 de marzo en Gijón, con lleno hasta la bandera en el teatro de la Laboral, con el público felicitándole por su 33 cumpleaños. "Vengo dispuesto a dar guerra, una guerra de amor", ha señalado Rivera refiriéndose a su periplo por los escenarios españoles.

Amo mi locura, Serás, Voy a amarte, El hubiera no existe y Te amo hoy son algunas de las canciones que interpretará en Palma, donde estará arropado por un cuerpo de baile y donde no dejará de interactuar con el público si sigue el guion de los conciertos ofrecidos hasta ahora en España.

¿Qué sensaciones está encontrando en esta gira por España, a la que considera su segunda casa?

Acabamos de arrancar y no puedo estar más feliz. Estoy muy sorprendido con la reacción del público ante un show que también sorprende, por sus múltiples elementos. El espectáculo está centrado en mi nuevo disco, Guerra, que es una guerra de amor, una guerra buena, pero usamos muchos elementos de la guerra bélica para poder contar de modo poético lo que todos vivimos, que es la guerra de la vida. Ver cómo se llenan los teatros que visitamos, con el público entregado a todo el repertorio, que se lo sabe, es algo muy bonito. Llevo ligado a España desde hace ocho años, un camino que empecé primero con El rey León y luego con mi música, que llegó con uno de mis discos hace ya seis años. Tengo un público fiel en España.

¿La suya también es una historia de amor con España?

Sin duda. No solo por El rey León, también por lo que sucedió con mi disco El hubiera no existe, que fue el primero que lancé en España. También fue el primero que tuvo un éxito en mi país, México. Que en España empezara a irme bien también generó que en México hubiera una atención diferente hacia mi música. Por eso siempre que viajo a España me brillan los ojos y sonrío. El camino hasta el éxito no fue ni fácil ni inmediato.

¿Fue un camino espinoso?

Hace ocho años que llegué a España pero antes llevaba siete años picando piedra en México. Esos años, los de México, fueron muy complejos. Yo salí de un reality show, de La Academia, muy similar a lo que en España es Operación Triunfo, y a pesar de que gané el programa, hace ya de eso quince años, no pude grabar un disco inmediatamente y encontré muchas complicaciones al principio. Ahí se puso a prueba mi paciencia y mi capacidad de lucha. Cuando hablo de guerra lo hago con conocimiento de causa. Tuve muchos años para prepararme como artista, formándome como actor y cantante, y también como bailarín. Soy algo más que un cantante interpretando canciones en un show. En la crisis uno siempre crece mucho más.

¿Por qué una guerra, aunque sea de amor?

Aunque guerra sea un nombre fuerte también tiene detrás una historia de amor. Yo soy Carlos Rivera Guerra y quise titularlo así porque para mi madre significa una mujer guerrera que tuvo que luchar para sacar adelante a sus hijos. Es una madre divorciada que se quedó con cuatro hijos a su cargo, con todo lo que eso significa. Todos consideramos a nuestras madres como guerreras de la vida, de ahí que quisiera rendirle homenaje con este disco y esta gira. Mi madre me ha dado el disco y la gira más exitosa hasta ahora de mi carrera.

¿Qué es el éxito para Carlos Rivera?

Para mí el éxito es saber que lo que yo hago le pueda aportar algo a alguien más. Más allá de cualquier número uno o sold out, estar cantando en un concierto y ver a la gente emocionarse porque alguna de mis letras le recuerda algo de su vida o ver a una pareja mirándose a los ojos con mi música, eso para mí es el éxito.

Si con su disco 'Yo creo' encontró un sonido propio y la seguridad que buscaba, ¿qué le ha dado 'Guerra'?

Guerra me enseña que vale la pena arriesgarse. Porque aposté por un álbum que tenía músicos de verdad. Hoy sabemos que la música que escuchas está hecha con una programación, con un ordenador, y yo me fui a lo contrario, a una sinfónica, en este caso la London Symphony, grabando en Abbey Road. Fui al origen para hacer una música orgánica que emocionara, a mí y a los demás. Un disco atípico para el tipo de música que hoy se consume.

¿Es el suyo un concierto para románticos?

Mi música no es solo romántica aunque si van parejas de enamorados por supuesto que les va a encantar y saldrán aun más enamorados. Siempre he querido hacer música que sea de amor pero más allá de lo romántico.