"Mallorca me ha aportado la profundidad de mi trabajo", confiesa Fabrizio Plessi. El artista italiano, pionero en la realización de videoinstalaciones, inauguró ayer 30 años en Mallorca. Una exposición con la que realiza una revisión y análisis de sus producciones creadas desde una isla en la que descubrió "la naturaleza".

"Trabando la tecnología, descubrí la naturaleza en Mallorca y las hice convivir a ambas, tecnología y naturaleza, en mi obra", subrayó ayer Plessi, cuyo primer contacto con la isla se remonta a 1989, cuando fue invitado para una exposición en el Casal Solleric.

Desde el primer momento, Mallorca le recordó la Italia de los años 50. En aquel entonces, Plessi no conocía la isla ni tenía referencias, pero en cuanto la pisó, esta le transmitió buenas vibraciones y se llenó con su energía, decidiendo crear en ella un hogar y un estudio, instalándose en Santanyí.

"La luz de Venecia, donde vivo actualmente, es mórbida, fluida, impalpable. En cambio, la de Mallorca es fuerte, te corta como un cuchillo", afirma un artista que ha hecho de la luz "la base" de todo su trabajo.

Para Plessi, apuntó la comisaria Nekane Aramburu, "Mallorca es espejo con Venecia, su complemento en luz y atmósferas, horizontes e intensidades".

La parte fundamental de la muestra son libros y ediciones de autor que se presentan encerrados en vitrinas ante el espectador, y en formato vídeo son liberados para permitir al visitante sumergirse en los misterios de las páginas compartidas movidas por el viento. La exposición estará abierta hasta el 1 de septiembre.