El poeta catalán Enric Casasses descorcha este miércoles en la Casa Blai Bonet de Santanyí un tour de recitales por la isla. Este jueves por la mañana leerá versos en el IES de Porreres. Por la tarde, a las 20 horas, participará en el Cicle Conferències Poètiques d’Inca. Cerrará este viernes con otra lectura en Ideari, en el marco del Cicle Palma Poètica.

P ¿La poesía fuera de los libros está en peligro de extinción?

R Al contrario. Fuera de los libros es el lugar propio de la poesía. Los libros de poesía son como las partituras para los músicos. La música está fuera de las partituras.

P La mayoría de poetas no recita sus versos y sólo publica.

R Es una cosa moderna que apareció en el siglo XX. No había existido nunca. La poesía siempre había sido oral, desde la prehistoria. Existe antes la poesía que el alfabeto. La poesía sólo escrita y no recitada es una cosa reciente por la industrialización de la imprenta y la capacidad de hacer grandes tiradas. Después apareció el micrófono y la poesía hablada la volvimos a tener. Y ésta sigue con el cedé, YouTube, etc. Todos estos medios permiten que la oralidad esté al mismo nivel que la imprenta. La poesía es el arte de la palabra, y la palabra hace ruido, resuena. La entonación es lo que le da sentido e intención al poema.

P Los límites de la libertad de expresión se han convertido en objeto de debate debido a algunos casos que han llegado a la justicia. En comparación con otros tiempos, ¿se siente vigilado por lo que dice o recita?

R Cuando empecé, aún estaba Franco. Y la paranoia era muy bestia. No tengo ningunas ganas de volver a aquella sensación. Parecía que había en cada ventana una persona vigilando detrás de la cortina. Es una manera de vivir muy desagradable.

P ¿Qué le pasó?

R Tuve problemas directamente con la policía. Decía que éramos una asociación ilícita, que éramos anarcos. Yo pertenecía a una asociación que tenía un nombre muy ridículo, que parece una agencia bancaria: Estudiantes Libertarios de Cataluña y Baleares. Acabé pasando unos cuantos días en la cárcel Modelo de Barcelona. Me acusaron de captar ingenuos para el movimiento anarquista. Me dieron la libertad por equivocación. Y me fui al exilio. El juez de Barcelona me dio la libertad. Pero mi caso pertenecía al Tribunal de Orden Público. Cuando llegó a Madrid y dijeron que yo tenía que quedarme en la cárcel, yo ya estaba en la calle y me marché a Francia. Me exilié en el 73. Pertenezco a la última generación de exiliados. Estuve dos o tres años por Europa. Viendo la mierda de pseudodemocracia europea. En concreto, estuve en Francia e Inglaterra. Estuve muy bien en comparación con el fascismo franquista. Eran lugares mucho más abiertos. Pero no eran perfectos. En España estaba el fascismo declarado y allí el engaño europeo. En España ahora mismo tenemos una mezcla: todavía sobrevive parte de todo aquello, es una dictadura que no ha caído, sino que ha “transicionado”, o ha transaccionado, de transacción, más bien.

P ¿Qué siente cuando ve una foto de poetas posando con políticos, a los pies del poder?

R No me interesan. La publicidad no me interesa. Son publicitarios, no son poetas. Son los creadores, ahora se les llama así. Que hagan anuncios de coches.

P El nus la flor es su último libro de poesía. Pero no es sólo eso, en él hay dibujos y hasta un cedé con canciones.

R El cedé lo ha hecho un músico, con las letras de algunos poemas. Hay ilustraciones mías. Y toda la cuestión visual y de diseño también está muy presente. He hecho por primera vez un libro que entra por los ojos, por las orejas y por todas partes. Es una recopilación de lo que he hecho en los últimos años, desde 2012. Recoge un momento que tiene sentido. Era un punto de mi vida en el que empezaba algo nuevo.

P ¿Cómo lleva el tema de la independencia?

R Yo, independiente, siempre lo he sido. Intelectualmente, quiero decir. Políticamente, no nos la quieren reconocer. Pero el país existe. Y la cultura existe. Somos hermanos. Yo creo que el gran enemigo de la unidad de España es Castilla. Castilla ha conseguido que Portugal huyera y no tuviera ganas de volver. Y acabarán consiguiendo que los catalanes también huyan. Quieren imponer una España castellana. Porque España somos nosotros y todos. Yo sería español perfectamente si un idioma oficial valiera tanto como el otro. Pero no, resulta que hay uno que vale más. Pues eso no lo aceptamos. No queremos ser ciudadanos de segunda. No tiene ninguna gracia. Esto lo decía el PSOE: “el enemigo del iberismo es Castilla”. La corte española es castellanista. Quiere que seamos castellanos. Nunca pondrá a Joan Alcover al mismo nivel que Rubén Darío, aunque sea éste americano. El castellano es el idioma que va en serio.

P ¿Cree en la inspiración?

R Por supuesto, lo que pasa es que a veces va como va y viene como viene. Con la inspiración te salen cosas que después has de mirar. La inspiración se ha de vigilar. Si estás escribiendo inspirado, a lo mejor estás poniendo palabras de muletilla para no romper el flujo. Pero luego has de ordenar, eliminar, ir a los puntos importantes. Ahora estoy escribiendo bastante. Desgraciadamente, he escrito también varios panfletos, dando caña contra España en el mal sentido de la palabra.

P ¿Por ejemplo? ¿Puede recitar algo?

R Salió aquello de “A por ellos”, que es muy bestia. Y hay un cantante que me gusta mucho, El Cabrero, de flamenco, casi anarco. Cogí el modelo métrico de lo que él llama fandango de Huelva. Y el fandango dice así: Posar la marca i / marcar-me amb ferro roent / me volen posar la marca i / tal com si fos un vedell / marcar-me amb la marca Espanya / “Viva la muerte”, a la pell.