Elena Medel (Córdoba, 1985) asegura que lleva mucho tiempo sin escribir versos, en concreto desde que ganara el Premio Loewe de poesía joven por Chatterton, en 2014.

"Estoy probando otros géneros, experimentando, además del trabajo en la editorial La Bella Varsovia", explica. El resultado de sus probaturas más recientes es un bello volumen titulado La pequeña princesa, elaborado junto a la ilustradora María Hesse. "Es una propuesta de la editorial Montena. Ana Palou fue quien prendió la mecha de la historia. Me propuso escribir de una princesa que recorre su propio camino. Al final se ha tratado de escribir un pequeño cuento de iniciación", explica la escritora, que presentará el libro este sábado en Rata Corner junto a la periodista Clara Ferrer.

Medel comenta que ha intentado volver a los cuentos clásicos de siempre. "Aquí hay príncipes, princesas, dragones, legumbres, todo tratado con un lenguaje muy poético", explica. Claramente, los ha releído desde el empoderamiento. "Pero no sé hasta qué punto hay libros feministas. En mi caso, es inevitable que sea feminista todo lo que escribo porque yo lo soy. Es mi mirada", subraya.

"La poeta Berta García Faet lo explica muy bien en su poema feminista Esto no es un poema feminista", comenta la cordobesa. "No me gusta demasiado la etiqueta comercial feminismo, sostiene. "Para mí el feminismo es algo más amplio: un método de conocimiento que vivo de manera muy natural", agrega. "Un movimiento integrador, que busca que todas las voces se escuchen y que se redefina el poder", subraya.

La princesa que ha creado Medel ha cumplido 15 años. "Como dicen los cánones, debe salir a buscar a un príncipe con su reino. Y vive muchos peligros. No se trata sólo de un viaje físico, sino que también es un viaje interior, el de descubrirse a sí misma", apunta.

Después del último libro de poemas, una respuesta a la fuerte crisis mundial, la escritora prefiere de momento la lectura. "Además, yo siempre he sido lenta, llevo otro ritmo, puedo estar siete u ocho años en sacar libro", apunta. "Para mí, hacer un poema es estar continuamente descubriendo un manual de instrucciones de nuestra propia vida", considera. "Escribo poco porque considero que a veces no falta añadir mucho más a lo que ya se ha dicho", concluye.