¿Con qué ojos ve Paco Azorín a Don Giovanni?

Lo estoy descubriendo. Una cosa es leer las óperas y otra cosa es hacerlas. Cuando las haces es cuando realmente lo descubres. La intención es ofrecer una mirada contemporánea, intentar revisar el mito, que es algo que se debe hacer permanentemente con los mitos. Ver quién es Don Giovanni hoy, que no es un seductor de discoteca. Es uno que va detrás de la vida, viviéndola al tres mil por cien en cada uno de sus momentos, no solo en el momento de la conquista de mujeres, si no en los momentos de hacer uso de la libertad. Don Giovanni, no sé si bueno o malo, pero hace uso de ella. Revisamos el mito en función de la contemporaneidad y de la libertad.

¿Qué retos se le plantean a un director a la hora de producir "la ópera de las óperas"?

Es una necesidad huir de los tópicos. Si uno quiere revisar los mitos, tiene que huir de la manera en la que tradicionalmente se han llevado a escena. Huir de los lugares comunes, huir incluso de la estética tradicional de Don Giovanni porque precisamente es ahí donde ya no está Don Giovanni. Ahora está en otro lugar. Hay que hacer una búsqueda de dónde se mueve Don Giovanni hoy, cuál es la estética de un personaje así. Hay que trabajar con referentes, es decir, creo que Johnny Depp sería un Don Giovanni y tantos otros que viven la vida al límite de sus posibilidades. Por tradición judeocristiana hacemos una lectura peyorativa, el que vive al límite de todo es un pasado de vueltas. Y no, vivir al límite es no tener miedo a tomar decisiones en ningún momento. Trabajamos desde un personaje cuyo motor es saltarse los límites, no pedir permiso y trabajar desde el miedo como motor. Hay algo fundamental, que es una característica de mi carrera: una estética sencilla a la vez que poderosa y poética. Es la manera de atraer al público más joven con propuestas visuales de alto voltaje que a la vez sean sugerentes y poéticas. La ópera es para todos los públicos. Tenemos que trabajar para atraer a este patrimonio a toda la población. Hay que huir de los tópicos de lo que es la ópera. La ópera lo que sirve sobre el escenario es una realidad aumentada por mil.

¿Con que ojos miraría Don Giovanni el 8M?

Me considero una persona muy feminista porque he tenido grandes amigas y profesoras que me han enseñado a mirar el mundo desde los ojos de la paridad. Hoy en día una mujer feminista tendría una lectura bastante radical contra el mito pero el mito también necesita esta contralectura. Don Giovanni no sé qué pensaría porque no estoy en su cabeza pero el montaje es bastante feminista. Las mujeres dan una caña impresionante a Don Giovanni. De hecho, los tres personajes femeninos son mujeres radicalmente feministas que defienden sus papeles y que no están esperando a que venga Don Giovanni a conquistarlas.

Subió a escena a la María Moliner de Antoni Parera Fons, que hace quince días presentó la partitura de su ópera L'Arxiduc con libreto de Carme Riera. El compositor ya dejó claro que Paco Azorín firmaría la dirección escénica. ¿Qué le atrae de subir al Arxiduc a escena?

Es una revisión culta del mito de Don Giovanni, una persona que llevó la libertad a unos lugares extraordinarios. Me interesa mucho la idea tan bonita del humanista. Igual que me ha interesado Don Giovanni por la libertad en unos momentos de falta de libertad, me interesa el Arxiduc por su sentido humanista en un momento en que el humanismo está completamente defenestrado. Es un personaje con muchas aristas, con muchos lados oscuros. Por estos contrastes maravillosos es un personaje fascinante de llevar a escena.

¿Cómo es subir a escena la música de Parera Fons?

Es apasionante y a la vez sencillo porque tienes al compositor al lado. Se convierte en un mundo fascinante porque tienes una visión que ilumina lo que tú tienes que hacer. Un autor vivo está allí para darte información.