P ¿Subir la filosofía a escena cuando está desapareciendo de los currículos escolares es activismo?

R Se podría decir que lo es. La filosofía se suprimió del Bachillerato, pero luego se recuperó. Citando a Voltaire, podríamos decir que la filosofía forma parte de la civilización del hombre. Es indispensable. Cuanto más civilizados seamos, más entendimiento, convivencia, inteligencia y respeto a la diferencia habrá.

P Uno de los problemas de España es que no hubo Ilustración, ¿verdad?

R No soy un historiador de la cultura española, pero a rasgos gruesos podría decir que sí. Los que más tarde se llamaron los afrancesados en España venían del Enciclopedismo y la Ilustración. Para un sector de la sociedad española, los afrancesados eran los más leídos, citando a Josep Pla; para otros describía en sentido peyorativo a quienes seguían las costumbres y modas francesas, lo que venía de fuera. El afrancesamiento era el trasvase del Siglo de las Luces a la cultura española.

P ¿La precariedad ha alcanzado al mundo de lá etica y las ideas?

R Sin duda. No se puede esperar o pedir a personas que les falta lo básico que encima tengan tiempo para elaborar grandes teorías. La precariedad material también conlleva precariedad en otros sentidos. Esto es un pez que se muerde la cola.

P ¿Corre peligro el contrato social que escribió Rousseau?

R Sí. En nuestro siglo, en el mundo actual, la humanidad debería repensar ese contrato para equilibrar las desigualdades inaceptables que existen. Rousseau escribió este texto unos 30 años antes de la Revolución Francesa. Fue de un progre increíble. El contrato social al pie de la letra se rechaza diciendo que es comunismo avant la lettre. Leámoslo un poco mejor, por favor. Goethe dijo que con Rousseau empieza una nueva era.

P Ha empezado con Rousseau, pero usted es más de Voltaire.

R Soy fan de los dos, pero defiendo a Voltaire porque lo interpreto. Algo muy interesante de esta obra es que el texto original de Jean-François Prévand, esa disputa entre Rousseau y Voltaire, está sacada totalmente de las cartas que intercambieron y sus obras. Es decir, el 98% de lo que se dice en escena lo escribieron y dijeron ellos. Lo que supone un gran nivel en el lenguaje. Sin embargo, debo decir que para ver esta obra no hay por qué haberlos leído. No es una obra para los filósofos. Este montaje habla de la vida, lo que pasa es que ellos son brillantes y tienen mucha retranca en su dialéctica.

P ¿Qué le gusta de Voltaire?

R Voltaire es un proscrito, por eso se asentó en Ferney, en la frontera entre Francia y Suiza. Rousseau también es otro proscrito. Eran dos personas muy comprometidas, críticas con el orden establecido. Tienen unas ideas honradas y honestas, se discuten y debaten. Debaten entre ellos porque con el poder absoluto no se puede debatir.

P Rousseau se volvió un poco sectario al final.

R Sí. Estaba un poco amargado. Voltaire le reprochó ese sectarismo de sus últimos días. Rousseau decía que el teatro era un espacio de inmoralidad. El teatro, la cultura y las artes ayudan a civilizar y a afinar el pensamiento y el gusto. Y provocan una reflexión y debate.

P ¿No se utilizaron mal las ideas rousseaunianas después? A veces las ideas nobles son pervertidas por otros.

R Exacto. Rousseau murió antes de que llegara la Revolución Francesa. Robespierre se apoderó de todas sus ideas, quizá con buenas intenciones, no digo que no, pero mira cómo degeneró todo después. Voltaire es mucho más pragmático. Reconocía que la sociedad es imperfecta y decía que no había que destruirlo todo para mejorar la sociedad, porque supondría volver a vivir en la cueva.

P ¿Necesitamos más voltaires

R Habría que traer a unos cuantos más voltaires, pero también víctor hugos o varios camus, entre otros.

P ¿Cómo desearía que se resolviera lo de Cataluña?

R No suelo hablar de este tema. Sólo diré que me gustaría que todo acabara bien, con todo el mundo abrazándose.

P ¿Cómo valora la salida de Lluís Pasqual del Teatre Lliure?

R No soy nadie para valorar el tema. A él le conozco bien. Y me sorprendió conocer de lo que se le acusaba. Pero no soy testigo de nada. Lo que no me pareció bien es cómo se ha presentado la cuestión.

P ¿Se refiere a la acusación en redes sociales?

R Mira, las redes son peligrosas. Si pusiéramos en las redes lo que Rousseau y Voltaire dicen, éstas se incendiarían. Si Voltaire hubiera publicado en ellas su Poema sobre el desastre de Lisboa, seguramente algún cardenal o arzobispo lo habría condenado. Si Rousseau hubiera hecho lo mismo con El contrato social, habrían dicho que es una fake new.

P ¿Cómo ve el papel de los intelectuales hoy día?¿Dónde está esa dialéctica?

R Echo de menos la presencia de intelectuales en la prensa. No hay voces discordantes, con rebeldía, grandes figuras como Voltaire, Rousseau, Mandela o Gandhi.

P La fragmentación y la precariedad también afecta a los liderazgos.

R Sí. Esa fragmentación también afecta a Europa, un continente que debería ser el faro del mundo y no lo es. Parece que Europa no existe. ¿Dónde están las grandes líneas de futuro? Lo que ahora hay es una inmediatez, cuestiones cortoplacistas como que el Euríbor no suba. Pese a lo que estoy diciendo, hay que seguir adelante. Yo me considero un pesimista, pero en activo.

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