El profesor de la Universidad de Salamanca, Àlex Martín, será el encargado de analizar la novela negra en España, con una conferencia titulada "Del quiosco al best-seller". La ponencia se celebrará hoy en la Biblioteca de Cort a las 19 horas.

P Àlex Martín, quien más sabe de novela negra en España...

R (Ríe) Tampoco diría esto. Soy un estudioso que sí, sé algo. Cuando empecé a investigar este tema no había referentes ni estudios ni ensayos. Vi que había un camino virgen. Era el año 2003, o 2004, una época en la que me sorprendió que no hubiera ninguna historia de la novela policíaca catalana. Así que, gracias a una editorial mallorquina, Documenta Balear, publiqué Catalana y criminal, el primer libro que habló de novela negra catalana. De momento no hay ninguna otra publicación tan genérico. Aunque mi interés sobre este tipo de literatura va hacia España, Europa y el mundo entero.

P ¿Desde cuando tiene este interés por el género?

R Cuando acabé la carrera y quise hacer una tesis doctoral tuve que buscar un tema. Leía cosas pero nada me entusiasmaba. Me gustaba mucho la literatura trovadoresca, la época medieval, pero cayó en mis manos la obra Joc brut de Manuel de Pedrolo. Me gustó tanto que me entusiasmé con este tipo de literatura que me hacía que me planteara los límites de la condición humana. Esto es la literatura negra. Pedrolo, Rafael Tasis, Jaume Fuster€ Y no puedo negar que soy lector de novela negra gracias a autores mallorquines también, como Maria Antònia Oliver y Antoni Serra, con los que descubrí con una detective y un detective como se podía sobrevivir a la sociedad de los años 80. El interés nace ahí, luego te empapas y empiezas con los clásicos.

P Entonces no es algo que le impactara mucho de más joven.

R A ver€ de pequeño estaba entusiasmado por Sherlock Holmes. Es casi más famoso que Hamlet. Diría que es el gran arquetipo, casi como una franquicia literaria. No muere nunca porque despierta todo lo que debe despertar un personaje de estas características. No se sabe nada de su pasado, no encaja en la sociedad en la que vive, es un personaje alternativo. Y a nosotros nos pasa esto: vivimos en una sociedad que no siempre acabamos de entender. Además, Sherlock es tan fantástico que se droga cuando se aburre. Y tiene dos capacidades clave: la deducción y la observación, algo que hoy en día escasea. La gente no deduce nada y observa poco más allá de su móvil, cuando observa es una forma de aprender. Holmes es un personaje que no morirá nunca es un mito.

P ¿Cuáles son las características de la novela negra?

R Tiene que plantear una inquietud al lector, remover alguna cosa en su interior, algo que le haga sentir mal. Y, sobre todo, ofrecer más preguntas que respuestas. Cuando cerramos el libro y tenemos más preguntas en la cabeza significa que hemos leído una novela negra. Son novelas existencialistas, duras, que acaba mal. De las que no dejan respirar al lector, que son incómodas de leer. Hay muy pocas. Hoy en día se hace mucha novela policíaca, serial, de estar por casa. Novelas de entretenimiento. Pero negra, negra negra€ se hace muy poca.

P ¿Se trata de una literatura apta para todo el mundo?

R Cada vez estoy más convencido de que es apta para muy poca gente. Y considero que hay gente que piensa que lee novela negra cuando no lo está haciendo. Los americanos lo hicieron muy bien y los franceses también lo explicaron: es una literatura sin héroes. Los personajes son antihéroes, todos sufren, hay mucho dolor y las cosas acaban mal, como en la vida mima. En estas novelas no hay ninguna puerta a la esperanza. Sabes que irán de mal en peor, no hay lo que espera el lector de novela policíaca, la resolución de un caso. Todo empieza complicado y luego es irresoluble.

Crematorio, de Rafael Chirbes, es una de las mejores novelas negras que se han escrito en este siglo. Nadie diría que es negra pero que lo tiene todo. No hay detective, pero sus personajes están al límite.

P Piensa que hay gente que no sabe bien lo que es una novela negra?

R Mucho. Y está muy mal definida. Creo que en este país, sobre todo en Cataluña, se escribe mucha novela policíaca demasiado jovial, que es como un domestic noir. A la novela policíaca catalana le falta mala lecha. A veces pienso que nos faltan escritores más de calle, más sufridos, y no tan€ No sé. A lo largo del siglo XX se ha demostrado que los grandes escritores de novela negra han tenido vidas muy traumáticas. Jim Thompson, autor de 1280 almas, estuvo muy traumatizado por su familia, su padre era muy violento. Por poner un ejemplo. Estos personajes que han sufrido la cara oscura de la vida son los que están más preparados para escribir novela negra, evidentemente.

P En los últimos tiempos parece que ha habido un boom del género, no solo en la literatura, también en las series. ¿Lo ha pensado? ¿A qué lo atribuye?

R Hubo un boom en España a principios de los 2000 con la aparación del nordic noir, una literatura que nos planteó que donde había los mejores estados del bienestar también se cometían asesinatos salvajes. Este género causó furor en España, sobre todo con el efecto Stieg Larsson, que murió cuando entregó el primer manuscrito. La trilogía Millenium tuvo mucha importancia en España, pero era un tipo de literatura muy policíaca: serial, con casos para resolver. Luego surgió una literatura más mediterránea, con nombres como Manuel Vázquez Montalbán, Andrea Camilleri, Petros Márkaris, con un estilo más costumbrista, gastronómico. Proponían una literatura más de identificación con las costumbre populares que tiene muy poco de negra. Esto ha hecho mercado, algo muy importante, ellos son los grandes autores que la gente conoce y lee. A mí Vázquez Montalbán me entusiasma, pero la novela negra es un texto diferente.

P ¿Quién escribe novela negra, negra?

R Carlos Zanón. Es un autor que trata las vidas anónimas. Habla del dolor, de la ruptura, de la soledad. Esto es lo que me interesa, la gente anónima a la que no se le da importancia pero hace lo que sea para sobrevivir. Tiene mucho que ver con la picaresca. En España nos gusta mucho lo del detective, que ahora es el policía porque los detectives ya no pueden investigar como antes, el crimen se ha institucionalizado, hay protocolos para levantar un cuerpo. Por eso se recuperan las fuerzas del orden.

P ¿El cambio en las maneras de funcionar de la sociedad afecta a la literatura?

R Sí. A mí me interesa más la literatura de la inseguridad que la de la seguridad. Y abunda la segunda. Yo lo explicaría así. La de la inseguridad es la de personajes vistos desde el punto de vista del malhechor, el ladrón, los personajes anónimos€ No hace falta que salgan policías.

P Personajes rinden cuentas entre ellos.

R Sí. ¿Cuánta justicia se resuelve entre personajes de diferentes mafias? Me interesan estos códigos, mucho más que las novelas policíacas. De estas han escrito muchas, es muy difícil que una te sorprenda.

P ¿Qué está leyendo ahora mismo?

R Una novela de Domingo Villar, que es precisamente policíaca (ríe). Mar de piedras. Me interesa, él es gallego y presenta a su personaje, Leo caldas, un policía de Vigo, a quien acompaña un personaje aragonés, Rafael Estébez. Muestra como funciona Galicia, su mundo marítimo, cómo es la gente, su idiosincrasia. Es un texto muy interesante, me gusta, aunque no es mi lectura predilecta. Suelo leer cosas mas negras.

P Más negras€ ¿Le cuesta salir de este mundo?

R Me cuesta. Es que hay tanto por leer, tanto trabajo que tengo poco tiempo para leer otras cosas. Descanso poco.

P ¿No es necesario, a veces, leer algo menos profundo, algo que pueda leerse en unas horas?

R Sí, novela de distracción. Lo hago con la novela policíaca. La policíaca es para descansar, la negra para sufrir. La policíaca es lúdica y la negra la del dolor. Cada vez estoy más seguro de que la novela negra es la del dolor.

P Ha publicado numerosos ensayos, artículos, estudios sobre el tema€ pero ninguna novela. ¿Por qué? ¿No se atreve?

R No. Leo tantos libros malos que me da miedo, seguro que sería malo. Sería una novela de cerveza y playa. Y no me gustaría que la gente me leyera en la playa. No, estoy haciendo broma. No soy capaz de escribir. Siempre veo defectos en lo que leo. Prefiero ser estudioso y aportar algo, prefiero quedar como eso, un gran estudioso. Hay mucha creación y muy poca reflexión, cuando deberían ir de la mano. Alguien tiene que decir lo que es bueno y malo, o mojarse. Hay muy poca crítica y la que hay es enjabonada, muy poca gente que dice la verdad.

P ¿Usted dice la verdad?

R Intento decirla, sin ofender y no hacer daño, pero sí. Se tiene que ser crítico para mejorar.

P ¿Cuál es su autor de novela negra de cabecera?

R Carlos Zanón, sin duda.

P ¿Qué títulos considera imprescindibles?

R L.A. Confidential, de James Ellroy; No llames a casa, de Carlos Zanón; y Torn de nit, de Agustí Vehí.

P ¿Y qué novela le gustaría haber escrito?

R Joc brut, de Pedrolo.