El genio gótico y criminal de Félix J. Palma (Sanlúcar de Barrameda, 1968) se adentra por primera vez en la novela negra con El abrazo del monstruo, una obra con toques a lo Stephen King y que el propio autor define como "un thriller gótico". El aclamado autor de la Trilogía Victoriana, que utiliza la escritura como un refugio, está por primera vez en Palma para presentar su nueva novela en el Febrer Negre. El acto es hoy a las 19 horas en Quars. El abrazo del monstruo nos presenta a Diego Arce, un escritor atrapado en la perversa telaraña de su propia imaginación, una frenética investigación contra un juego macabro que solo un monstruo es capaz de llevar a cabo.

¿Cómo nace El abrazo del monstruo

Es mi primera incursión en la novela negra. Soy más conocido por la Trilogía Victoriana que es pura fantasía. Esta no es una novela fantástica pero filtrea con el género fantástico que es realmente lo que me interesa. Es lo que lo diferencia de un thriller, que es el género de moda y el que inunda las librerías. Desde el principio tuve claro que quería diferenciar mi novela de esa marea de género negro que hay. En este terreno era muy difícil innovar porque hay una plantilla que es terriblemente eficaz y se me ocurrió innovar a través del elemento fantástico, es decir, que el monstruo saliera de la novela para vengarse del escritor que no lo dejó ejecutar su plan. Esta idea, que es la idea base de la novela, se me ocurrió porque también soy profesor y uno de los ejercicios que hago con los alumnos para vencer el bloqueo creativo es pensar qué pasaría si, por ejemplo, la gente dejara de morir, qué pasaría si... Lo practico con ellos porque salen ideas para cuentos o libros pero también me lo planteo en mi día a día. Un día pensé qué pasaría si un escritor de género policial escribiera una historia donde el malvado no pudiera rematar su plan porque el policía de turno se lo impidiera y en vez de vengarse del agente, saliera de la novela y se vengara del autor, que en última instancia es quien le había impedido ejecutar su plan. Así surgió la semilla de esta novela.

Consagrado en el terrero fantástico, sale de su zona de confort para adentrarse en la novela negra. ¿Qué tal la aventura?

Lo afronté con mucho miedo porque no tenía ninguna experiencia. Se me ocurrió la idea y es la idea la que de alguna manera reclama un género u otro. Tenía claro que mi idea exigía un thriller. La idea me apetecía porque era muy Stephen King, un autor que marcó la infancia y la vocación de muchos escritores. Hay muchas similitudes. He intentado ser original pero no quería ocultar esa impronta en mi novela porque Stephen King es un referente, incluso el libro se abre con una cita de él porque para mi generación fue un generador de lectores.

"Por el poder que la palabra me otorga, te expulso de mis pesadillas y te encierro en el papel", se repite su protagonista, Diego Arce. ¿Qué monstruos ha encerrado Félix J. Palma en el papel?

La primera dedicatoria que hice en mi primer libro de cuentos decía: "A mis fantasmas para que dejen de arrastrar sus cadenas en la medianoche". Con eso lo digo todo. Los escritores tienen sus fantasmas y sus obsesiones. Escribo para contar historias pero también para intentar vencer a esos fantasmas, sobre todo, los que arrastramos desde niños porque tengo la teoría de que el adulto que somos es el resultado del niño que fuimos.

¿Cuál es el mayor miedo de un escritor?

Repetirse o no saber escribir. Intento tener una prosa elaborada, pero ¿qué pasaría si me levantara un día y no tuviera ese talento? Ese sería mi miedo también.

¿En qué ayuda compartir oficio con el protagonista?

Por un lado, no he tenido que documentarme y, por otro, poner escritores de protagonistas me sirve porque me gusta reflexionar sobre mi trabajo creativo. Es muy interesante tener un personaje que lo pueda hacer.

En la novela hay reflexiones sobre la creación. ¿Suscribe que el principal requisito de una novela sea entretener?

Sí, tengo una visión lúdica de la literatura. Hay escritores que hacen pensar y escritores que hacen soñar, entre los que yo me incluyo. Me parecen loables ambas posturas pero pienso en el lector que tras un día en el trabajo, llega a casa y quiere evadirse de la realidad.

¿Hay algo de Félix J. Palma en Diego Arce?

Intento ponerme en la piel de mis personajes. Diego Arce tiene mucho de mí. No quería coger un padre modelo que no tuviera miedo a nada y que el lector supiera que superaría las pruebas sin ningún problema. No me parecía interesante. He creado un personaje lleno de miedos, de inseguridades, cobarde, egoísta. Él intenta estar a la altura del héroe que su hija cree que es pero en el fondo es cuestionado y nadie lo ve capacitado. Yo quería que el lector sintiera su frustración, su impotencia y su injusticia.

En Sangre y ámbar

La crítica del morbo es uno de los temas de la novela. Esa fascinación por el morbo nos acompaña en la actualidad y forma parte del ser humano.