El festival de novela negra en Palma, Febrer Negre, continua mañana con la presentación del libro de Margariza Aritzeta, Rapsòdia per a un mort, que contará con la escritora Dora Muñoz. La cita literaria es mañana a las 19 horas en Embat.

¿Qué nos presenta este nuevo caso de la inspectora Mina Fuster?

Es la tercera historia de Mina Fuster. Es la más divertida y la más intensa porque además de plantear un caso de investigación criminal, se pone entre las cuerdas a la misma policía. La investigadora pasa todo un conjunto apuros. Por una parte, se encuentra implicada en el mundo de los gitanos de Tarragona y, por otra, vive un momento en que los cuerpos policiales que aparecen en la novela, es decir, los Mossos d’Esquadra, la Guardia Civil y la Policia Nacional están enfrentados. En esta novela la Mina Fuster y su novio que es de los Servicios Secretos del Estados lo pasan muy mal.

El libro rompe con los prejuicios de la etnia gitana. ¿Qué viaje le espera al lector de Rapsòdia per un mort?

La sorpresa de encontrarse a unos gitanos que hablan catalán y están instalados en el barrio antiguo de Tarragona pero tienen familia en toda Cataluña. La novela nos presenta a los gitanos por dentro a través de sus personajes y desmonta muchos prejuicios sobre ellos. Uno se da cuenta que hay gitanos divertidos, gitanos que viven al margen de los enredos policiales...

¿Qué le inspiró escribir sobre la etnia gitana?

Para mí los gitanos eran personas desconocidas, un grupo mítico con dificultades para acceder a él. Pedí ayuda a un compañero de facultad que había empezado a trabajar el habla de los gitanos y me pasé tardes con ellos. Me di cuenta de que mi idea de los gitanos era muy diferente de cómo ellos viven su vida cotidiana. Y lo expliqué desde dentro a través de personajes gitanos. Lo más divertido ha sido recopilar su lenguaje y hacerlos hablar de esta manera. Lo que le gusta a un escritor es crear lenguajes. Por ello, al final del libro hay un vocabulario porque hay palabras que son difíciles de entender y este vocabulario es una manera de ayudar al lector.

En esta nueva trama de Mina Fuster aparecen espacios y alusiones a la actualidad como el atentado terrorista en Cambrils, la presión fascista sobre la libertad de expresión, la manipulación de los medios, los intereses policiales… ¿La literatura es una buena arma de denuncia?

Sobre todo la novela negra, que habla del mundo, de la realidad, de lo que está ocurriendo y entonces es una herramienta, no necesariamente para denunciar, si no para hacer ver al lector cosas que a veces no ve.

Mina Fuster se ve implicada en un presunto caso de fraude fiscal. ¿Bebe de la actualidad su novela?

¡Sí! Cuando te das cuenta que la gente no tiene nada pero día tras día hay personas que manejan grandes fortunas y encuentran la manera de pagar los impuestos mínimos, pensé que era una buena idea. Puede ser que tengas dinero en el extranjero, a ver qué pasa. No es lo mismo que tengas dinero en el extranjero si eres un ciudadano normal que si eres un policía.

Y ya que la novela bebe de la actualidad, ¿qué opina de las concentraciones convocadas por Ciudadanos, Vox y PP por la decisión de Sánchez de aceptar un “relator” en la mesa de diálogos entre partidos?

Es muy peligrosa la deriva que tiene la derecha pero la verdad es que estos partidos no son derecha. La derecha es una opción política tan respetable como otra. Esto es fascismo, un ideario que no consiente que haya alguien que piense diferente. Cuando alguien no acepta la diferencia, la diversidad, entramos en un mundo muy peligroso.