Bernardí Roig ha inaugurado este jueves 7 de febrero en Tabacalera Madrid la exposición Todos los icebergs son negros. Films 2000-2018. Un proyecto expositivo gestado desde Es Baluard, presentado la primavera pasada en Palma, que contiene algunas novedades.

Con el fin de superar el desafío que supone exponer en Tabacalera, el artista ha grabado el filme La joie de vivre en los espacios del centro artístico para homenajear al primer colectivo sindical femenino, las cigarreras: rebelde, apasionado, contestatario e independiente que cohesionó la precariedad de la condición de la mujer trabajadora para fortalecerla. El tributo se materializa en una gran instalación multicanal en la entrada de la exposición.

En la cinta pueden verse mujeres desnudas y carnales que habitan sus cuerpos generosos con plenitud. Son presencias espléndidas, señalizadas por la vida y saciadas de grafías, tatuajes y cicatrices. En Tabacalera, como en el cuadro de Matisse La joie de vivre, se persiguen, ocupan y amplían estos espacios con sus risas, abrazos, confidencias y correrías, perseguidas y grabadas con un dron.

A la inaguración acudieron la consellera de Cultura Fanny Tur, el alcalde de Palma y presidente del patronato de Es Baluard Antoni Noguera, el concejal de Cultura Llorenç Carrió, la coordinadora general de Cultura de Cort Francisca Niell, el director insular de Cultura Rafel Creus y el director general de Bellas Artes del Ministerio de Cultura Román Fernández-Baca. Todos ellos realizaron una visita a la muestra junto al artista Bernardí Roig y la comisaria de la misma Nekane Aramburu, también directora de Es Baluard.

La muestra, que forma parte de las actividades del 15 aniversario del museo de Palma, propicia la investigación, análisis y revisión del complejo universo del artista a partir de la presentación y descodificación de su obra audiovisual, desplegada en una apasionante disposición escenográfica, como un viaje iniciático entre la apropiación y la recreación de sus imágenes y construcciones visuales.

El trabajo audiovisual de Roig es la superficie sobre la cual se solidifican en movimiento las líneas fundamentales de su proceso creativo que parte siempre del dibujo. Es síntesis de un universo barroco lleno de metáforas cultas que a través de una cierta narrativa revela sus obsesiones y la obstinación para combatir la incomunicación del ser humano ante un destino condenado a la extinción.