P El próximo viernes, 8 de febrero, llega su obra 'El tratamiento' al Teatre Principal. Una función en la que se habla mucho de cine
R La obra es fundamentalmente una comedia, una sátira sobre el mundo del cine, muy divertida. Trata la parte del mundo del cine que no se ve. Nada de premios ni de galas. Habla de la puerta de atrás, de lo que cuesta hacer una película, de cómo se hace. Hay un guionista, que es el protagonista, también sale un director, una productora. Y me divertía la idea de hacer una obra de teatro muy cinematográfica, que pasa por muchos escenarios, en la que hay muchos personajes representados solo por cinco intérpretes.
P Esta parte del mundo del cine de la que habla en la obra es también la parte del cine en la que usted ha trabajado.
R Efectivamente. Yo soy guionista y he trabajado muchos años en cine. Me apetecía hablar de la relación de un guionista con sus películas, con sus creaciones, con lo que inventa. Es una relación muy personal, a veces neurótica. También habla un poco sobre como llega un punto en el que la ficción y la realidad se retroalimentan.
P ¿Cuáles son las diferencias entre un formato y otro -cine y teatro- a la hora de escribir?
R Me da la sensación de que el teatro es mucho más libre. Es un espacio en el que uno puede hacer prácticamente lo que quiere. En el cine, por cuestiones de producción, suele ser todo más complejo y un guión puede cambiar mucho durante el proceso. Las obras de teatro que he escrito ya las he escrito con la intención de dirigirlas yo mismo, y las escribo para unos actores concretos. Además, el proceso de escritura también está muy vivo. Esta obra está coescrita con los actores durante los ensayos.
P Usted empezó escribiendo para cine. ¿Por qué decidió pasarse al teatro?
R Es más habitual escribir primero teatro y luego dar el salto al cine, pero en mi caso fue al contrario. Siempre he estado muy interesado en el cine, por eso estudié guión. El teatro me fue enganchando muy poco a poco, no lo vi venir. Me enganchó la forma de trabajar con los intérpretes, cómo evoluciona el texto? y ahora me dedico más al teatro. No fue algo planeado. Cuando lo conocí vi que era un sitio donde podía encajar la forma que tengo de escribir.
P La crítica ha dicho de 'El tratamiento' que es una de las comedias mejor escritas y dirigidas de los últimos tiempos.
R Uno intenta hacer su trabajo lo mejor que puede. La obra ha funcionado muy bien y gusta a gente muy diferente. Es una función divertida, pero considero que su humor no es fácil, creo que es más profundo y que tiene una parte de reflexión sobre el paso del tiempo, es algo más adulto. Y hemos trabajado muchos para que en algunas escenas el ritmo sea como una maquinaria de reloj.
P Es divertida pero no sé si podemos hablar de comedia porque usted no distingue entre drama y comedia.
R A mí parecer, el humor es fundamental y cuando escribo me sale solo. A veces se ve como algo menos importante o valioso que el drama, y no creo que tenga que ser así. La tradición de la que venimos en España, la literatura, el cine, el teatro? es una tradición cómica en gran parte. Pero a mí no me interesa una obra escrita para hacer reír, ni quiero verla ni hacerla. Considero que el humor tiene que ser un medio, una herramienta.
P En la obra reflexiona sobre el paso del tiempo. ¿Qué relación tiene con la crisis de los 40?
R El paso del tiempo es algo que inquieta a todo el mundo. No sé si es una cuestión generacional. El personaje tiene 40 años, y creo que es un momento en el que se tiene mucho pasado al que mirar. Es un punto curioso. Uno mira las decisiones que ha tomado y como le han puesto en un sitio o en otro.
P Alfredo Sanzol habla de un momento fascinante del teatro a nivel nacional.
R Lo comparto. Creo que he tenido la suerte de enganchar con una ola en la que el teatro a nivel nacional es muy potente, brillante. Se hace muy buen teatro, variado y la gente responde. Incluso hay gente joven que va a al teatro, y esto es gracias a productores como los de esta obra (Pavón Kamikaze) que apuestan por dramaturgos más o menos jóvenes y generan públicos nuevos. También ha sido importante el hecho de haberle quitado esa cosa de solemnidad al teatro, por lo que muchas veces daba pereza ir, que existía también por desconocimiento. Es un momento realmente interesante.
