Carles Bover llegó anoche a Palma. El cineasta mallorquín aterrizó sobre las 11 de la noche en Son Sant Joan tras conquistar el Goya al mejor corto documental por Gaza, una estatuilla compartida con su compañero en la dirección del trabajo premiado, Julio Pérez del Campo, que ahora custodia el galardón para promocionar el trabajo en la península y seguir rompiendo el silencio de las historias que retratan. Eso sí, el Goya llegará a la isla. Y es que los cineastas premiados harán una réplica, aunque tengan que pagar por ella, y cuando llegue el preciado cabezón, organizarán una fiesta para brindar por el nuevo triunfo del cine balear en la gala de los Goya.

Los directores de Gaza han dedicado al pueblo palestino su galardón que han obtenido a pesar de los intentos de censura. El galardón va destinado a todas las personas "que han mantenido viva la lucha pueblo palestino, para los que están y para los que nos ha arrebatado el extremismo". Eso sí, el mallorquín, que competía en la misma categoría con Kyoko de Marcos Cabotá y Joan Bover se ha acordado de sus compañeros: "Es un premio compartido y dedicado a toda la profesión del cine balear".

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