El folk, con un marcado sabor mediterráneo, con pinceladas de rock y funk, y el gusto por la experimentación definen la identidad de Marta Elka Calafell López (Palma, 1983), cantante, compositora y multinstrumentista que nació entre músicos y vive entre pentagramas y escenarios. Formada en el seno de Xaloc Música, combina su pertenencia a esta histórica agrupación con una solvente carrera en solitario y con su militancia en Posidònia, formación con la que renueva la música popular. Entre sus últimos logros destacan el trabajo realizado sobre textos de la escritora y académica Carme Riera, para el espectáculo Les darreres paraules, y el Premi Enderrock al mejor disco folk 2018 que obtuvo con Xaloc por 25 anys... en un sospir.

Hija de Pilar Reiona, la ideóloga de un grupo, Xaloc, que siempre ha defendido el trabajo bien hecho, la constancia, la ilusión y el compromiso con el pueblo para el que actúa, dio sus primeros pasos al ritmo de la música que sonaba en casa de sus padres, la de Lluís Llach, Maria del Mar Bonet y Joan Bibiloni, con el que por entonces tocaba Toni Pastor, el que hoy es su pareja profesional y sentimental. "En mi primer recuerdo musical, en el que tendré yo dos o tres añitos, aparece mi madre, en mi casa, y yo con ella, sentada en la funda de su guitarra, escuchando todo lo que cantaba, un repertorio que llegué a conocer muy bien", señala. Ya con ocho años recibió el bautismo musical en un escenario, en el Puig de Santa Magdalena (Inca) lógicamente con Xaloc, el grupo con el que lo aprendería todo: "Ha sido un proyecto que me ha servido para arreglar canciones, acabarlas, aprender estructuras del baile popular, probar voces, ir a un estudio y grabar, decirle a los instrumentos lo que tienen y no tienen que hacer? Mi laboratorio de ideas y pruebas ha sido Xaloc, sin duda", subraya.

El violín, al que se entregó en la Escola Ireneu Segarra, es el instrumento con el que se le identifica -"me apasiona su expresividad", confiesa- aunque su primer romance lo tuvo con el piano y el último, hasta la fecha, con la guitarra, que también maneja con soltura. Falta un cuarto instrumento, la voz, divina voz, en su caso. "Siempre he cantado, ya lo hacía con dos años, lo que pasa es que mi madre era la cantante del grupo, y yo no me había planteado nunca ese papel, hasta que tuve 17 años y le quise hacer un detalle a mi madre, con unas canciones que ella había hecho y no había grabado nunca, e hice una maqueta", recuerda. Esa maqueta la escucharon Toni Pastor y otros músicos, y le animaron a ponerse frente al micro, y así empezó su carrera como vocalista, por recomendación. "Con los años fui encontrándome cómoda. Empecé sin proyecto y con el tiempo me fui formando. Me ha costado años el encontrarme", reconoce.

"No me imagino mi vida sin música alrededor, para mí es una forma de vida", defiende. Su trabajo está muy centrado en la música popular de Balears, con un repertorio tradicional. Con Posidònia, grupo con el que ha publicado dos discos ( Mediterrània y Sonen les campanes!), ha renovado la música popular. Elka establece diferencias entre la música para bailar, para hacer ball obert, y la música para ser escuchada. "En nuestro caso es cierto que es más para ser escuchada porque hay un tratamiento armónico y unos arreglos que, claro, se tienen que escuchar pero no está cerrado del todo, es decir, muchas piezas son bailables y no queremos renunciar a eso. Buscamos un equilibrio entre dar una calidad musical, una propuesta innovadora, pero que también haya canciones que se puedan bailar", argumenta.

Si algo produce envidia son los músicos que siempre han arropado a Marta Elka. "Siempre he tenido mucha suerte con eso", admite. Y la tuvo desde el principio, cuando se estrenó en solitario con Moments, un disco en el que participaron Toni Pastor, Pep Estrada, Emili Gené, Diego Ferral y Hugo Sócrate. Grandes nombres que vuelven a repetirse en Posidònia: de nuevo Pastor (al llaüt), Bernat Cabot (violín), Pep Balaguer (guitarra), Moisès Pelegrí (percusión) y Marko Lokihari (contrabajo). "A Toni Pastor lo conocí en el estudio, trabajando con Xaloc, haciendo arreglos. De eso hace 18 años. Musicalmente me ha enseñado muchas cosas. Gracias a él aprendí a confiar en mí misma, que es de las cosas más importantes. Tu sabes más de lo que crees, me decía una y otra vez".